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miércoles, 18 de agosto de 2010

Laura

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En 'Laura' (1944), de Otto Preminger, la imagen de Laura (Gene Tierney) es escurridiza como la propia trama de la verdad, dependiente del ángulo o perspectiva desde el que se la mira, y de cómo se la idealice. Como la misma película, en la que no sabemos qué es sueño y qué es realidad, qué es cierto y qué está condicionado por la mirada de quién nos habla sobre ella. Los puntos de vista se alternan aunque no se sabe si aún seguimos en el mismo desde otro ángulo, desde el de os fantasma de la mente. Porque Laura, como su cuadro, es un fantasma sobre el que los otros sueños, sólo quebrado con el pulso de lo real, el peso de la gravedad, cuando laura como idea se hace cuerpo y ser en el tiempo, como ese reloj donde se esconde el arma que mata los sueños no correspondidos o la decepción que no acepta que lo real no se ajuste al modelo soñado. Hay una secuencia, secuencia de umbral, que condensa y pone en evidencia estas interrogantes, esta brumosa ambivalencia. McPherson (Dana Andrews) desespera porque no logra resolver el caso del asesinato, las pistas se le escapan entre los dedos (un sugerente detalle de caracterización: Cuando se siente inquieto, se concentra en un pequeño juego de bolitas, para sentir que recobra el control), y además empieza a sentirse fascinado por la mujer asesinada, Laura. Escuchando los relatos sobre ella, sobre todo de boca de su casi Pygmalion, Waldo (Clifton Webb), se ha ido paulatinamente sugestionando por la 'imagen' que proyectan esas evocaciones. Acude a la casa de la fallecida, recorre sus habitaciones, mira sus cartas, contempla arrobado el retrato de Laura, y se queda dormido ante el mismo, arrellanado en el sofá.
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La cámara se desplaza envolvente y suavemente por la habitación, oímos que alguien abre la puerte, y la cámara se desliza hacia la entrada, donde descubrimos que quien ha entrado es Laura en persona. ¿Cómo es posible? ¿Es un sueño de McPherson, la proyección de sus anhelos, fruto de la pasión que ha empezado a sentir por esa mujer, o por la imagen que proyectan los relatos sobre ella? ¿O no es así, y realmente, no era ella la que estaba en casa, y quien la mató se confundió de mujer, dado que la mujer estaba en la penumbra cuando le abrió la puerta, y todos han creído que la fallecida es Laura, porque el rostro de la asesinada estaba destrozado?. Todo puede ser. Otto Preminger juega con esta ambivalencia desde una incisiva y sutil distancia, que parece neutra, cuando más bien desestabiliza toda presunción de certeza. La atmosfera 'embriagadora' de la película, hasta ese momento (como si hubiera encarnado un canto de sirenas), se convierte en una narración, más que trivial, más 'a ras de tierra'. Incluso el aura sobre Laura se desvancece, apareciendo como una mujer más corriente, o, sencillamente, quizás más real. Quizás en todo ello influía, ante todo, el relato condicionante de Waldo, cuyas palabras ( en off) introducen la película. Waldo había idealizado a Laura, y aunque McPherson también lo haya hecho, la mujer real que descubre no está por debajo de lo que ensoñaba, es más un reflejo de él mismo, a la inversa que para Waldo, que descubrió, con despecho, que la mujer real no se ajustaba al 'ideal' que creía haber visto, o que quería modelar (y para quien, por añadidura, no se convirtió en el centro de su vida; optando por otros hombres, que él además consideraba mediocres: ¿cómo la mujer que había idealizado podía elegir hombres que carecían de su distinción?¿acaso no suponía un reflejo de sí mismo en el que no quería verse, el descubrir su misma medianía?).
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De todas formas, esta ambigua secuencia de la aparición de Laura, puede verse de varios modos. Quizás es la ensoñación de McPherson, que de este modo logra resolver o materializar lo que anhela en su mente, o quizás es la pesadilla de Waldo (recordemos que la película comienza con su relato en off), donde cobra vida, o se hace realidad, lo que más ha temido. O quién sabe. Quizás ambas opciones.

‎'Laura' (1944), de Otto Preminger, de entrada tiene uno de los más hermosos temas musicales que ha dado el cine, compuesto por David Raskin. La apariencia realista de esta obra maestra, lejana de los claroscuros que asocian con el cine negro, es el contraste en una obra que en sus entrañas juega sutilmente con la condición movediza de la realidad, o ese difuso límite entre la idealización y lo real, entre lo imaginado y lo vivido. El tiempo se abre como un espacio poliédrico. Como el rostro de Laura que a lo largo de l film adquiere una imagen distinta. Como Laura Palmer es más una imagen soñada que una mujer real. O ésta entra en colisión con la ideal. Gran reparto con Gene Tierney, Dana Andrews, Vincent Price, y sobre todo Clifton Webb, como Waldo, quizá el autor en sombras de este frustrado sueño

1 comentario:

  1. Laura is the face in the misty night
    footsteps that you hear down the hall
    the laugh that floats on a summer night
    which you can never quite recall.
    And you see Laura,
    on a train that is passing through
    Those eyes, how familiar they seem
    She gave her very first kiss to you
    That was Laura
    But she's only a dream.»

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