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jueves, 19 de agosto de 2010

Jude Law, un extraño talento

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Si algo me parece que dejan claro las dos últimas obras interpretadas por Jude Law, 'Sherlock Holmes' (2009), de Guy Ritchie y 'Repo men' (2010), de Miguel Sapochnik, es que sus cualidades interpretativas, y su carisma ( que pocos tienen en la actualidad) está muy por encima de ambas películas, amenas, eso sí, y tampoco despreciables, como películas de acción. La primera priorizando la vertiente de comedia (pese al toque 'Ritchie' y sus juegos formales, que a veces tienen gracia, y otras, sencillamente, desvirtúan o menguan las posibilidades del 'juego': no será la película que encabece mis preferencias con respecto a las películas con Sherlock Holmes, pero mantiene el pulso narrativo y no deja regusto amargo aunque se olvide pronto). La segunda transita la acción más desaforada (en su tercio final) y más turbiamente orgánica, en la senda de 'Desafío total' (1990), de Paul Verhoeven o e 'Minority report' (2002), una de las grandes obras de Spielberg. Aunque sin el brillo o ingenio de éstas, pero tampoco carente del mismo en ciertas secuencias, es un sugerente relato que transita por el mordaz filo del exceso (aunque sin romper amarras del todo en un un entramado demasiado confeccionado), y en el que la intensidad interpretativa de Law (compárese con las insípidas o afectadas, histriónicas o correctas interpretaciones de Nicolas Cage o Will Smith en recientes obras de ciencia ficción) le otorga una fuerza expresiva que quizás sin él dejaría más en evidencia las limitaciones de la obra. Sólo hace falta retrotraerse, por comparación, a estimulantes, y más heterodoxas, obras del género que el mismo Law interpretó en sus inicios, como 'Gattaca' (1997), de Andrew Niccol, 'ExistenZ' (1999), de David Cronenberg, o la obra maestra de Steven Spielberg, 'Inteligencia artificial' (2001). Sin duda, en aquel tramo de su carrera es en el que abundan obras más sugerentes, y sus interpretaciones más sobresalientes, como su admirable creación en 'El talento de Ripley' (1999), de Anthony Minghella, en donde incluso uno le imaginaba más apropiado para el personaje de Ripley, que interpreta Matt Damon. Esa habilidad para trazar personajes siniestros,alcanzó su culmen en su portentosa interpretación en 'Camino a Perdición', (2002), de Sam Mendes, en la que cada aparición de su personaje, ese asesino fotógrafo era puro fulgor tenebroso. Pero tampoco habría que olvidar su breve pero intensa intervención en 'Medianoche en el jardín del bien y del mal' (1997), de Clint Eastwood, su vampírico protagonista en la curiosa 'La sabiduría de los cocodrilos' (1998), de Po-Chih Leong, o su duelo de afiladas miradas con Ed Harris, como francotiradores en lidia, en la discreta 'Enemigo a las puertas' (2001), de Jean Jacques Annaud. Tras su salto al éxito, que coincidió con una de sus grandes interpretaciones, en 'Cold mountain' (2003), de Anthony Minghella, obra irregular en la que superaban con creces en fuerza expresiva las secuencias concernientes al personaje de Law con respecto al de Nicole Kidman, su filmografía ha sido tan variada como errática y, sí, irregular. Su interpretación en 'La huella' (2007), de Kenneth Branagh es el punto más bajo de su carrera, tan desorbitada y artificiosa como la propia película, como apagado, como la misma película, está en 'Closer' (2004), de Mike Nichols, y en 'Breaking and entering' (2005), de Minghella, se queda en un punto intermedio como la misma película. Pero está brillante en la singular y divertida 'Extrañas coincidencias' (2004), de David O Russell, en la irregular 'Todos los hombres del rey' (2006), de Steve Zaillian, en la que el que se desorbita es Sean Penn, en la estupenda 'My blueberry nights' (2007), de Wong Kar Wai, o su episodica aparición en la estupenda 'El imaginario del Doctor Parnassus' (20089, de Terry Gilliam. Tras volver a demostrar su talento en sus dos últimas obras, apreciables pero no brillantes, esperemos que también sus próximos proyectos, con Sorderbergh y Scorsese, 'Contagion' y 'The invention of Hugo Cabret', estén a su misma altura.

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