Claire Bloom, el hechizo de la sutileza

Claire Bloom es una de las actrices con más poderosa y cautivadora personalidad que ha transitado la pantalla, dúctil, con múltiples registros, como demuestran sus papeles, en la que fue su revelación, 'Candilejas' (1952), 'The haunting' (1965),de Robert Wise, 'Mirando hacia atrás con ira' (1958), de Tony Richardson, 'El espía que surgió del frío (1965), de Martin Ritt, o en la serie 'Retorno a Brideshead' (1982), de Michael Lindsay Hogg, y Charles Sturridge, como la madre de Sebastian. En sus primeros años parecía encasillada en papeles de época tras 'Ricardo III' (1955), de Laurence Olivier, con 'Alejandro Magno' (1956) de Robert Rossen, 'Los hermanos Karamazov' de Richard Brooks, o 'El maravilloso mundo de los Hermanos Grimm'. Su impúdica interpretación, admirable, fue lo mejor de una de las obras más flojas de George Cukor,'Confidencias de mujer' (1962). Interpretó junto a su primer marido, Rod Steiger, 'El hombre ilustrado' (1968), según la novela de Ray Bradbury, y junto al gran George C Scott en la adaptación de la obra de Ernst Heminghway, 'La isla del adiós, (1977), o participó en la versión del 'Rashomon' de Akira Kurosawa, 'Cuatro confesiones' (1964) de Martin Ritt, fue la diosa Hera en 'Lucha de titanes' (1981) de Desmond Davis. Magnífica estuvo en sus papeles de 'Sammy y rosa se lo montan' (1987), de Stephen Frears o 'Delitos y faltas' (1989) de Woody Allen, con el cual colaboró de nuevo en Poderosa Afrodita (1995).