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martes, 26 de febrero de 2013

Si fuera fácil

 photo rudd_40_opt_zps80c9cbd8.jpg Kurtz no había visto nada cuando dijo sus célebres últimas palabras, ‘El horror, el horror’. El corazón de las tinieblas, el apocalipsis ahora, el horror es lo que se ha calificado como ‘la nueva comedia norteamericana’, o más específicamente, ‘Si fuera fácil’ (This is 40, 2012), la última obra de quien ha sido calificado como el reanimador del género (¿Lo está reanimando o rematando?) en la última década, Judd Apatow. Quizá, realmente, está película sea un descarte de la serie ‘American horror story’, y la familia protagonista sean otros espectros que se han propagado por la humanidad apoderándose de todos los hogares. La familia Apatow, pues quienes interpretan a la esposa y a las dos hijas, son su esposa e hijas en la vida real (que tiene trazas de ser una vida de aterradores clichés, ¿ o lo real es una sucesión de clichés?), y él se ha representado en un actor con perpetua apariencia de terso adolescente o maniquí con apariencia humana, Paul Rudd, quizás sean vainas a las que colocaron un humano debajo de la cama, pero no tuvo éxito la ‘posesión’, y ha dado como resultado esta mutación denominada ‘homo convencionalis’ con aliño de escatologifilia y peterpanitis.  photo 121214_MOV_thisis40_opt_zps9083b83d.jpg A Apatow cumplir los cuarenta le ha debido suponer un auténtico cataclismo porque sus neuronas han salido en estampida, y se han chocado, de entrada, con la infausta década de los 80. Y es que parece que se está dando un preocupante retorno a aquellos tiempos de melodramas lacrimógenos de baja estofa a los que se denigraba calificándolos de estrenos tv de pantalla grande, cuando la producción televisiva no gozaba del reverencial reconocimiento que tiene ahora, sino que era símbolo de degradación, aquel tiempo de comedias descerebradas tipo ‘Porky’s’ o de películas de acción con hombres músculo. De hecho, donde se puede rastrear la genuina ‘nueva comedia americana’ es en ciertos trailers, como el de la última y venidera película de Guillermo Del toro, ‘Pacific grim’ (2013), combinación de Mazinger Z + Godzilla + Transformers + Cloverfield, que coincide con la resurrección, en los últimos años, de otros ciborgs con forma humana, que protagonizaban aquellos relatos de demolición en los 80, como Stallone, Schwarzenegger o Bruce Willis, este con una nueva entrega, la quinta, de ‘La jungla de cristal’. Aunque, por si no fuera poco con demoler nuestras neuronas con las andanzas de McLane, inenarrable variante de esa serie parece ese delirio, de próximo estreno, de nombre ‘Olympus has fallen’ (2013) de Antoine Facqua, en el que un agente, encarnado por Gerard Butler, se enfrenta a unos terroristas que han tomado la Casablanca y secuestrado al presidente. Lo dicho, esta es la nueva comedia americana. De risa de puro ridículo, pero, por otro lado, maldita la gracia que hace, porque da miedo ¿Todo esto tiene que ver con algún tipo de rearme de las fuerzas más reaccionarias que cierran filas, aquellas que gestaron, o consolidaron, en aquella década de los ochenta este capitalismo voraz salvaje depredador que se reafirma en sus posiciones haciendo pertinente defensa del orden establecido? ¿De ahí también el resurgimiento, en forma de apología, de los vigilantes o justicieros, como el remake en preparación de ‘El justiciero de la ciudad’, con Willis como posible protagonista, o manifiesto en la recientemente estrenada ‘Gangster squad’ (2012), de Ruben Fleischer, donde se nos vende que en la tierra de las oportunidades todo es maravilloso tras que hayas eliminado la suciedad de los delincuentes. ¿Y dónde encaja en ese panorama apocalíptico esa versión licuada del peterpanismo que representa Apatow? Es el perfecto comparsa (esbirro, peón) más preocupado de su patético ombligo que así permite que se sigan realizando las barbaridades a gran escala de esta dictadura corporativista económica que vivimos (padecemos).No es que las primeras comedias de Apatow productions carecieran de interés o gracia, sean las que él dirigió, ‘Virgen a los cuarenta’ (2005) ‘Lio embarazoso’ (2008), o algunas de las que produjo, como ‘Supersalidos’ (2007), de Gregg Motola, ‘Paso de ti’ (2007), de Nicholas Stoller, o ‘Superfumados’ (2008), de David Gordon Greene, cuando menos estimables, y con apuntes ingeniosos ( y algunos como Motola y Greene, más inspirados como directores). Aunque cierto es que los méritos que se destacaban de las obras que dirigía Apatow estaban más relacionados con sus guiones que con su estilo, bastante rudimentario, casi de pega y corta, en ocasiones (sobre todo en esta última) dejando manchones de cal entre plano y plano. Pero este año sus producciones reflejan una alarmante regresión. ‘Sácame del paraíso’ (2012), de David Wain, autor de una comedia aún más nefasta, ‘Mal ejemplo’ (2008), y ‘Eternamente comprometidos’ (2012), de Nicholas Stoller eran ejemplo de cómo desaprovechar premisas, o planteamientos, el contraste entre formas de vida o cómo incurrir en los más burdos clichés a la hora de abordar los maridajes de las relaciones sentimentales, de su constitución o cimentación.  photo this-is-40-leslie-mann-paul-rudd-600x399_opt_zpsf678da3d.jpg Pero el despropósito alcanza su cenit con ‘Si fuera fácil’, que además supura autoindulgencia y autocomplacencia por los cuatro costados, o mejor dicho, orificios, porque su columna vertebral más que la de la crisis de los cuarenta (oh, no somos ya niños, jóvenes, somos adultos, nos descomponemos camino de la vejez y de la putrefacción) es el ‘caca culo pis teta’, que es la manera que tienen los niños de intentar conjurar sus miedos o su rabia o frustración ( como bien se reflejaba en el funeral de ‘Fanny y Alexander’, 1983, de Ingmar Begman; ya sé que no hay que esperara de Apatow que haga ‘Escenas de un matrimonio, 1972, pero sirva de detalle iluminador de cómo Bergman incluso sabía utilizar con mucha más pertinencia y ‘gracia’ la escatología), porque ya se sabe que los psicólogos lo recomiendan (liberar la agresividad con unos cuantos juramentos y escatologías varias, que la corrección extrema es muy perniciosa; pero se entiende que no a la cara de los demás), así que Apatow dedicada dos horas y veinte a decir caca culo pis teta, con pedos, semen y otras emanaciones o fluidos.De hecho, su protagonista, Pete (Paul Rudd) realiza sus escapadas de aislamiento de un mundo de afuera frustrante (por ejemplo, no logra afianzar su estabilidad laboral con su empresa discográfica) encerrándose durante largo tiempo en el baño haciendo crucigramas mientras hace la pamema, sentado en la taza del wáter, de que está cagando, perdón, haciendo sus necesidades.  photo This-Is-40-Paul-Rudd_opt_zps86edfe25.jpg Hay dos secuencias que definen ese ‘sugestivo’ arco conceptual en el que oscila la película. En la primera, Debbie (Leslie Mann), o sea la esposa, sorprende, para su perplejidad, a su esposo abierto de patas sobre la cámara mirando un espejito enfocado hacia su ano. Con una expresión entre la repulsión y el temor, le pregunta algo así como ‘What the f*** are you doing? Pete siente que algún problema debe tener en tal zona de su cuerpo, y solicita a Debbie que le ayude y eche un vistazo, a lo que ella en principio se muestra remisa, porque le parece ya superar ciertos umbrales de confianza que entierran la relación en el sumidero del prosaísmo (ella que intenta insuflar algo de revitalización a su vida sexual, pero sólo se encuentra con alguien que hace gracietas con sus pedos en la cama; ay, ¿donde quedó la sublimación romántica?). Esa secuencia condensa el dramatismo del conflicto que sufre la pareja (la música del romanticismo, los fuegos artificiales de la pasión sexual, se han extraviado en una relación orgÁnico escatológica pragmática).  photo this-is-40-featurette-is-the-apatowiest-thing-youll-see-all-week_h_opt_zps4fd5c8fe.jpg La otra secuencia tiene como centro neurálgico conceptual Megan Fox, o sus tetas, o lo que esta chica neumático representa (quizás también sea un robot como los de ‘Transformers’, o Stallone y compañía; e incluso el mismo Michael ‘Espasmos de montaje’ Bay): Desi (Megan Fox) trabaja en la tienda de Debbie, y en cierta secuencia se quita el vestido para quedar en ropa interior y suscitar las palabras de admiración de Debbie sobre sus maravillosas tetas que tantea y palpa de modo reiterado ( con bis incluido); no faltarán posteriormente secuencias de la chica en bikini nadando bajo el agua, o admirada por otros dos peterpanes que intentan ligarla.En suma, Apatow está más perdido que los protagonistas de la serie ‘Perdidos’ que, en ingeniosa, perdón, artrítica ocurrencia, se convierte en otra referencia constante (la hija mayor, Sadie, enganchada a todas las nuevas tecnologías, se está tragando toda la serie). Si la serie durante temporadas se convirtió en una estimulante exploración del principio de incertidumbre, para finalizar con una decepcionante conclusión en la que sólo faltaba que sonara alguna canción del grupo ‘Viva la gente’ o el ‘Imagine’ de ‘John Lennon’ para provocar la apertura de venas, la comedia de Apatow supura aún más convencionalidad.  photo this-is-40-image-00158R_opt_zps30ddfaf7.jpg La comedia se domestica, o se degrada (exuda mediocridad) y regresiona a la ‘pleistocénica’ adolescencia ( ¿realizará Apatow una secuela de ‘Mira quién habla’?). Cierto que hay oasis de comedias dramáticas con sustancia, ‘adultas’, a la par que ingeniosas, como la espléndida ‘Un lugar donde quedarse’ (2009), de Sam Mendes, complemento y reverso luminoso de su magistral ‘Revolutionary road’ (2008). O la muy sugerente ‘Amor y letras’ de Josh Radnor, que se estrenará dentro de pocas semanas. Quizá Apatow está también muerto como los protagonistas de ‘Perdidos’, o quizá sea un robot (peterpanesco, eso sí). Desde luego le vendría muy bien, como al Alex de ‘La naranja mecánica’, que le utilizaran como cobaya para otro experimento ‘Ludovico’ mientras en un bucle de largos años, como largas resultan sus películas kilométricas, le proyectaran las ‘screwball comedies’ que dirigieron en los 30 y 40 cineastas como Hawks, McCarey, Lubitsch, Leisen, Capra o Sturges. Ojalá sí fuera fácil hacer películas cómo las que realizaban estos insignes cineastas.

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