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martes, 9 de marzo de 2010

Piratas del mar Caribe

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Resulta una fácil tentación el comparar esta exultante obra de Cecil B de Mille con la celebre homónima interpretada por Johnny Depp ( y destaco al actor por encima del director de las tres partes, Gore Verbinski, porque casi se podría decir que es el autor de la nota de distinción de esta trilogía que sin él sería un pálido reflejo de las aventuras y fantasías pasadas: aunque señalo que la tercera resulta en parte estimulante, a diferencia de la anodina primera, y la, directamente, descentrada y salida de madre segunda parte). 'Piratas del mar caribe' de 1942 es genuino y contagioso sentido de la aventura a diferencia del esforzado reciclaje de las obras de Verbinski. El dinamismo se conjuga con el humor de un modo orgánico y armónico, como celebración vital, haciendo carne de celuloide de su título original, 'Reap the wild wind' (aprovecha el viento salvaje).
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No hay tregua en la narración, desde las primeras secuencias que nos sitúan en 1840, cuando el tráfico maritimo por las costas de Florida se veía amenazado por los saqueos de unos piratas que eran más bien empresarios sin escrúpulos que se propiciaban los naufragios para apoderarse de sus mercancias. En la primera secuencia, nos encontramos con que el capitán Stuart (John Wayne) yace inconsciente mientras el timón lo lleva su segundo, quien lo ha golpeado, para estrellar el barco contra las rocas, y así pueda King Cutler ( Raymond Massey) abordarlo y conseguir los beneficios por el 'salvamiento' de sus mercancías. La enérgica y determinada Loxi (Paulette Godard), acompañada del capitán Philpott (Lynn Overman) verá cómo llega tarde, y a diferencia de Cutler, se preocupará de rescatar a los heridos.
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La atracción, como un oleaje, surgirá entre Loxi y Stuart, pero entra en juego un tercer vértice, Tolliver (Ray Milland), abogado que aspira a la dirección de la compañía para la que trabaja Stuart, y que también se enamorará de Loxi. Si Stuart parece, con su manifiesta virilidad, más firme, se descubrirá, cuando su validez se ponga en cuestión, como una voluntad más frágil y maleable ( por el manipulador Cutler). En cambio, Tolliver, que parece un engreido petimetre se revelará más determinado y persverante ( un 'buque' dificil de lograr que se hunda, a diferencia de Stuart). El humor, vivaz, tan socarrón como mordaz, alienta la narración, desde en la secuencia en que Loxi canta una lenguaraz canción para horror de la estirada alta sociedad reunida, hasta en la secuencia en que se enfrenta el trio protagonista, en el barco de philpot, a los secuaces de Cutler que quieren apresarles para embarcarlos en un ballenero que navegará fuera de las costas durante tres años, pasando por aquella en que Stuart y Loxi quieren casarse en otro barco, interrumpidos por los accidentes de los marineros ( uno se queda colgado de una driza), culminada con la 'interrupción' de Tolliver, que golpea a Stuart y lanza sin miramientos a Loxi al agua. Sin olvidar las intervenciones de un monito, o el perro de Tolliver (que éste usa cual muñeco de ventrilocuo). La conclusión tiene lugar bajo el agua, con la presencia decisiva de un pulpo que, como fuerza del destino, decidirá quien es aquel que sabe desenvolverse mejor en las corrientes de las emociones.
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'Piratas del mar Caribe0 (1942), es una de las propuestas más estimulantes del irregular Cecil B De mille, junto a 'Union pacific', 'Buffalo Bill' y, sobre todo, la esplendida 'Los inconquistables'. Esta obra adapta libremente, con un notable guión, la novela de Alan Tremmall, y cuenta con una hermosa fotografía, de refinada cualidad pictórica (que plasma la pintura de aquella época), de Victor Milner, William V Stall y Dewey Wrigley, Tres meses duró el rodaje, en el que participaron cuatro distintos equipos que trabajaban simultaneamente.

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