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lunes, 22 de marzo de 2010
Herbert Marshall: Un toque de distinción
Herbert Marshall, meditando, ante su camerino, en una pausa de rodaje. Marshall era uno de esos grandes actores cuya presencia siempre era más que bienvenida en la pantalla. Quizás no sea muy conocido el hecho de que actuaba con una pierna protésica ya que le fue amputada durante la I guerra mundial. Creó dos cautivadores personajes protagonistas con Ernst Lubitsch en 'Un ladrón en la alcoba' (1931) y 'Angel' (1937). Fue protagonista para Hitchcock en 'Asesinato' (1930) y secundario en 'Enviado especial' (1940). Dos de sus interpretaciones más admirables las realizó para Jacques Tourneur como el lúcido doctor borrachín de 'La mujer pirata' (1951) y para King Vidor en su breve participación como padre de Jeniffer Jones en 'Duelo al sol'. Protagonizó otra joya no muy reconocida, 'El angel de las tinieblas' (1935) de Sidnye Franklin, y colaboró con William Wyler en 'La loba' (1941) y 'La carta (1940), conKurt Neumann en 'La mosca' (1958), con John Cromwell en la hermosa 'Su milagro de amor' (1945), con Josef Von Stenberg en 'La venus rubia' (1930) o con Otto Preminger en 'Cara de Angel'. E interpretó por dos veces al escritor Somersete Maugham en las notables 'Soberbia' (1943) de Albert Lewin y 'El filo de la navaja' (1946) de Edmund Goulding. Un actor de variados registros, siempre sutil y elegante.
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