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domingo, 2 de enero de 2011
H Story
La misma panorámica pero no es la misma. Una panorámica sobre la ciudad de Hiroshima arrasada por la bomba atómica. El mismo movimiento sobre la actual Hiroshima, en el año en que se realizó la prodigiosa H story (2001), de Nobuhiro Suwa. (Desolada)destrucción y (abigarrada) construcción. Una imagen en blanco y negro, una imagen documental. Una imagen en color, pero ¿qué es H story? un ensayo,una exploración, ficción y documento, interrogante en construcción. Los limites difusos que son apertura, como toda buena interrogante. 55 años separan ambas imágenes, que condensan en su interacción la entraña de esta obra, a la vez que son mero indicio de su complejidad, de sus amplias resonancias. 40 años la separan de la bellísima Hiroshima, mon amour (1959), de Alain Resnais. H story (¿qué es la historia? ¿cuál es la historia de Hiroshima?) no es una versión de la obra de Resnais sino una reflexión a través del intento de rodar una versión de la misma. Una obra tejida a través de las ideas de la memoria y el olvido. El texto, hasta ciertos encuadres, son los mismos, pero no es lo mismo. Los dos personajes no visten como dos personajes de finales de los 50.
Y la actriz, Beatrice Dalle, empieza a sufrir un conflicto, empieza a olvidar el texto. Porque no logra hacerlo suyo, no logra sentirlo como propio. Como si estuvieran haciendo una fotocopia de aquella obra. Como si sintiera que es más terrible el lirismo de ese lenguaje poético de los diálogos Marguerite Duras que las imágenes documentales del arrasado Hiroshima. ¿Cuál es la historia? Entre secuencias de rodaje (o de intentos, porque se va perdiendo el paso por parte de Beatrice), el propio director y el guionista conversan sobre cómo ponerse en la piel de quien vivió hace cuarenta años. Las interrogantes se suman: como esa imagen de la actual Hisroshima, pletórica de edificios, ¿cómo hemos podido olvidar lo que sucedió en Hiroshima, lo que representa e implica? Olvidar un texto que fue implica empezar a preguntarse qué implica ese texto, cómo uno aborda lo que fue, lo que se vivió. En una secuencia de 'Hiroshima, mon amour', otro hombre aludía en un restaurante al personaje de ella, Emmanuelle Riva. En 'H story' ese personaje lo interpreta el guionista. Algo se crea entre él e Isabelle. El rodaje se suspende, ambos comienzan su propia conversación, empiezan a construir su propia relación, que es como aquella, pero no es la misma, es otra, la propia, que puede hacer comprender en el presente lo que vivieron en el pasado, aunque las circunstancias sean otras.
Los encuadres son fijos, dilatados en su duración, escarbando en los rostros, en el de ella sobre todo, que ya prima en el primer plano de la obra: el rostro,la expresión, de Beatrice Dalle es la interrogante que recorre la obra como el ruido que evidencia que hay un proyector, como esos planos sin sonido sobre los actores, o los flashes en blanco, como espasmos, entre planos, o en el mismo plano, como la memoria que intenta recordar con claridad, o afinar la memoria, el discernimiento de la mirada, entre el pasado y el presente, por que en el 'entre' la interrogante hace del escenario lugar fértil de lo posible. En las secuencias finales, las figuras cada vez se difuminan o minimizan en el espacio del encuadre, en el espacio que ahora puede ser como un texto en blanco que a la vez despeja la mirada para mirar desde el presente con la mirada del pasado e incluso a la inversa, porque sin memoria no hay presente.
'H Story' (2001), es una obra extraordinaria del cineasta japonés Nobuhiro Suwa, no estrenada en nuestro país como la mayor parte de su filmografía. Uno de los cineastas que demuestran que el lenguaje del cine es aún un lugar de lo posible, del asombro ante cineastas que parecen reflexionar el mundo desde un ángulo nuevo. Una obra de infinitas sugerencias, que convierte su contemplación en pura experiencia del asombro.
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