No fue hasta 1955, gracias al reconocimiento de una película ya aquí comentada, 'Conspiración de silencio', cuando la figura de John Sturges, un interesante director de recio y vigoroso estilo, y que comenzó, como Robert Wise o Robert Parrish como montador, alcanzó una posición más relevante dentro de la misma industria, lo que que le posibilitó, incluso, el producir, o propulsar, proyectos propios, algunos de sonado éxito, caso de 'Los siete magnificos'(1960) o 'La gran evasión' (1963)...Ya comentamos que su filmografía está marcada por la irregularidad...Junto a obras excelentes, como la última obra citada o sobre todo una brillante serie de westerns, nos encontramos con obras de aplicada corrección, pero lejos de la densidad, el vibrante músculo narrativo y los destellos de ingenio en su puesta en escena de sus mejores films...Sería el caso, por ejemplo, de 'Cuando hierve la sangre' (1959), 'Estación polar cebra' (1968), 'Joe Kidd' (1972) o'McQ' (1974), cuando no algunos directamente 'olvidables' como la desafortunada mezcla de western y comedia de 'La batalla de la colina del whisky' (1965)...
En cambio, hay un segmento de su obra, anterior a 'Conspiración de silencio', compuesto por alrededor de una veintena de obras, poco conocidas o de dificil acceso (exceptuando el sugerente western de 1953, 'Fort bravo'), y entre las cuáles uno puede encontrarse gratas sorpresas...Este sería el caso de 'La calle del misterio' (1950), 'El caso O'Hara (1951) o 'Astucia de mujer' (1953), tres estimables obras encuadrables dentro de la intriga policíaca o thriller, quizás no tan destacables, o meramente 'impactantes', como otras obras del género de la época, pero realizadas con una sobria eficacia, y un ejemplar brio narrativo... Vamos, ya podría poseeer la media de los thrillers de hoy esta modesta pero vibrante calidad (para entendernos, lo que hoy sería una obra como 'Adios pequeña adios' de Ben affleck)...Un detalle que puede ser indicativo de esas diferencias de categoria, en relación a otras grandes obras del género en aquellos tiempos, podría ser las muy contrastadas aportaciones fotográficas de John Alton...Por un lado, su contenida colaboración para los dos primeros citados de Sturges, con iluminaciones menos 'llamativas' aunque no por ello menos eficaces, pero sostenidas ante todo por planos más 'distantes' y sin remarcar tanto las sombras, y, por otro, las asombrosas y expresionistas colaboraciones que efectuó para Anthony Mann en, por ejemplo' 'La brigada suicida'(1949) o 'Raw deal'(1948), en donde los primeros planos resaltan como fogonazos, y las luces y las sombras dialogan entre sí con una fisicidad pocas veces vista...Es la diferencia entre un eficaz narrador y un complejo esteta que transfiguraba los encuadres con crispadas y elaboradas composiciones de claroscuros...
'La calle del misterio', en cuyo guión colaboran Sidney Boehm (entre cuyos guiones se cuentan 'Relato criminal'(1949) de Joseph H.Lewis, Side street (1950), de Anthony Mann, o 'Los sobornados' (1953) de Fritz Lang) y el, en breve, futuro director Richard Brooks (que ya dentro del cine negro había participado en obras como Brute force (1947) de Jules Dassin, o 'Encrucijada de odios'(1947), de Edward Dmytryck), es un vivaz relato de intriga, que sigue la investigación del asesinato de una chica, bailarina y artista de variedades, tras que se haya encontrado seis meses después su esqueleto en la playa (no lejana la inspiración de aquel famoso crimen de La dalia azul, llevado a la pantalla de desangelada manera, recientemente, por Brian de Palma, que no saca ni de lejos el potencial de la extraordinaria novela de James Ellroy)...Además, vista hoy en dia, en estos tiempos de 'CSI' e investigadores forenses con mil artilugios para descubrir en una micróscopica huella una pista definitiva, asistir a los procedimientos de un investigador semejante en aquellos tiempos no sólo resulta curioso por su contraste, sino por el rigor y la incisiva manera en que está integrado en el relato...el médico forense en cuestión apoya, y asiste, la investigación del teniente encargado del caso, Morales (Ricardo Montalban), y, elemento destacable, se convierte en recurso decisivo frente a la más cuadriculada mente del teniente... El cual, además 'influenciado' porque es el primer caso importante del que es responsable, no es capaz de ver más allá de las apariencias, 'nublado' por las emociones que pone en juego, o sus aspiraciones profesionales, empecinado en resolver el caso en cuanto alguien es susceptible de equívocas sospechas...
Un aspecto, este dibujo del protagonista ofuscado en sus ansias, que añade un punto de interés, por cuanto, por un lado, puntúa una subyacente necesidad de autoafirmacióna, y por otro, además el espectador sabe que aquel de quien sospecha es inocente...Añádase otro curioso aspecto, con el que a 'sotto voce' se nos comenta sobre una xenofobia latente en la sociedad, en el hecho de su procedencia portuguesa...Un elemento, esa discriminación que habrá sentido, que seguramente incide en su extremo y obcecado empecinamiento...Detalle que adquiere especial relevancia en su diálogo con el verdadero asesino, cuando éste, para intentar apabullarle cuando registra su oficina, hace mención a que sus antepasados llevan mucho más siglos en el pais (como si eso fuera a remarcar quién es superior al otro)...Un curioso apunte entre lineas... Por último, no dejar de mencionar diálogos afinados, como ese de 'Aquí no entra aire fresco ni con orden judicial', o aquel del jefe de la muerta, ante las aviesas preguntas del teniente, en el que reponde que ' no la conocí tanto ocmo para saber que perfume usaba, pero sí la conocía'...
'El caso O'Hara' también cuenta con un protagonista hecho de contradicciones o fragilidades que le 'entorpecen' en su investigación, por tanto, alguien falible...En este caso, James (Spencer Tracy) es un abogado retirado de la práctica en la rama criminal, dado cómo le afectaba el estres al sentir la responsabilidad de una vida en sus manos, y que le llevaba a buscar el refugio en el alcohol...Por eso, duda en principio cuando la familia del acusado por un crimen, O'Hara, le pide que se encargue del caso...Lo hace, aunque de entrada se topará con la reticencia de su defendido por reconocer qué hizo aquella noche, lo que facilitaría su coartada (noble propósito el que le mueve para no implicar al téstigo, pero poco consecuente)...James volverá a enfrentarse a sus fantasmas, y perderá pie, superado por la tensión, recayendo en el alcohol, e incluso actuando de forma ilicita al sobornar a un testigo...Si en 'La calle del misterio' las evidencias encontradas por una mirada menos condicionada por sus emociones, como las del médico forense, lograban dar un giro a la situación, aqui el azar es el que juega a favor de James, determinándole a asumir un sacrificio en mor de la justicia...Tampoco está de más destacar que el guionista, John Monk jr, había colaborado en 'Llamad a cualquier puerta'(1949), de Nicholas Ray, también con abogado de protagonista, o en dos obras de Henry Hathaway, excelentes, '13, rue madeleine (1946) y 'La casa de la calle 42 (1945)...
'Astucia de mujer' se desmarca de estas dos obras, integrada en ese subgenero del thriller psicológico de peronales 'normales' implicadas en una imprevista situación de peligro...De nuevo, destaca la figura del guionista, Mel Dinelli, que ya había tramado guiones en esta línea, como 'La escalera de caracol' (1945) de Robert Siodmak, la magnifica 'Almas desnudas' de Max Ophuls (1949) o 'La ventana'(1949) de Ted Tezlaff...Lo que se nos narra en escasa hora y diez es tan escueto, como eficaz la manera en que Sturges sostiene esta situación de 'cuenta atrás'...Una familia se dirige a pasar unas vacaciones en una aislada cala de Mexico, que el padre, Doug (Barry Sullivan), conoció años atrás...Intentando evitar que su hijo corra peligro cuando se sube sobre el malecón ya deteriorado, varios maderos caen sobre él...Y la marea tardará pocas horas en subir...Empieza la carrera contrarreloj...Gloria (Barbara Stanwick) debe buscar rapidamente ayuda...Su mala suerte es que se topa con un criminal fugado, Lawson (Ralph Meeker)...Con lo que deberá usar sus artes y mañas para lograr convencerle de que le ayude a salvar a su marido, que tiene las horas contadas...Inevitablemente, es el deseo de Lawson lo que marca el qué quiere a cambio de ayudarla...Sturges, de nuevo, hace un alarde de lo que es sintesis narrativa, de ir al grano, alternando ambas situaciones, la de Gloria con Lawson, y el padre con su hijo viendo como el agua sube cada vez más...Tres buenas muestras de lo que es el talento de un enérgico narrador...Y de cómo saber conjugar la tensión de las situaciones de una trama con personajes no sólo bien definidos, sino con contrastes...Algo de lo que hoy en dia muchos debieran tomar buena nota, cuando suelen olvidarse tanto de este segundo aspecto...
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