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miércoles, 21 de enero de 2015

The missing

Tu coche sufre una avería, y debes realizar una parada que no contemplabas en tu viaje. Y en ese pueblo sufrirás una avería emocional de la quizá puedas recuperarte, o quizá no. Una avería que está tejida no sólo de dolor y desesperación sino también de incertidumbre, porque no se sabe qué ha podido pasar con tu hijo pequeño. Todos son especulaciones. Puedes quedarte detenido en aquel día que tu hijo desapareció en aquel pueblo francés, como quien intenta recomponer aquel día, como quien intenta mantener la mano de su hijo entre una muchedumbre sin soltarla un segundo, lo que no logró entonces, o puedes reiniciar tu vida, incluso con otra relación, porque el cambio de escenario radical puede ayudar a que se sedimente el espejismo del olvido. 'The missing' (2014), es una excelente miniserie de ocho capítulos producida por la BBC, escrita por Harry y Jack Williams, y dirigida por Tom Shankland, quien había dirigido los tres últimos estupendos episodios de la mini serie 'The fades' (2011), o, también dentro de las coordenadas del género del terror, aunque con singular perspectiva, las sugerentes 'Waz' (2007) y 'The children' (2008). 'The missing' alterna dos tiempos, los relacionados con el momento en que se produce la desaparición del niño, y el reinicio de la investigación ocho años después por la insistencia del padre, Tony (James Nesbitt), quien casi se ha convertido en una especie de espectro atormentado y furibundo que se resiste a no encontrar a su hijo. Su esposa entonces, Emily (Frances O'Connor) ha iniciado otra vida y otra relación con un hombre que tiene un hijo de la edad que podía seguir teniendo el suyo si siguiera vivo. Otros reflejos: En la reanimación de la investigación, Tony encuentra el apoyo del inspector francés que llevó la investigación entonces, Baptiste (Tcheky Karyo), probablemente el personaje más sugerente. Su cojera física se corresponde con la emocional de Tony.
Aunque, otro reflejo, él también tiene una herida relacionada con su hija. Aun presente, está ausente,otra especie de desaparición, por la adicción a las drogas de la que ha desenganchado en varias ocasiones sin lograr que lo supere. Tiene también asuntos pendientes vitales, el tiempo para ambos se dilata con la corroboración de una frustración y un fracaso. Otro reflejo: uno de los más notables pasajes corresponde a las secuencias en las que Baptiste intenta, en una habitación de hotel, que se desenganche Rini (Annamaria Marinca), una testigo que puede ayudar decisivamente en la investigación, y a quien, también con las lesiones o cicatrices que ha dejado el tiempo y el dolor, se intentará convencer de que vuelva a colaborar ocho años después. Se insinúan varias posibles líneas desde los pederastas al tráfico infantil, especulaciones en un vacío que permanece en silencio, pues nadie reclama nada o se responsabiliza de lo que haya ocurrido. Hay perspectivas de otros personajes que también sufren sus daños colaterales. Hay fugaces imágenes entrevistas que abren interrogantes aunque sólo parezcan sumir en la pesadumbre o conducir al abismo. Pero dos hombres con sus dos distintas cojeras insisten en seguir un hilo que parte de una imagen que es la distorsión de uno de ellos, quizá en lo que se ha convertido, pero que evoca el fatal momento en que la avería de un coche, uno de esos mínimos y triviales azares de los que están tejidos los accidentes de la imprevisible vida, propiciaron una avería de cuyas sombras resulta difícil desprenderse. http://seriecanal.com/

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