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martes, 20 de octubre de 2009

El boxeo en el cine

Un año despúes del estreno de 'Million dollar baby', llegó a las pantallas otra obra centrada en el universo del boxeo, 'Cinderella man', de Ron Howard, que podría verse, a la vez, como complemento y reverso de la anterior...Complementaria porque también retrata unas circunstancias precarias, las que se vivían en los años posteriores a la Depresión del 29, y porque el cuadrilatero también se convierte en metáfora y correlato del combate que se realiza más allá, en la llamada vida real... y reverso, porque, al contrario del crudo nihilismo de la obra de Eastwood, se retrata el vital afán de superación del protagonista, Jim Braddock (Un imponente Russell Crowe), quién sufrió, como tantos otros, los reveses consecuencia de la crisis económica, con sus consiguientes dificultades para mantener a su familia (incluso les cortan la electricidad, lo que conlleva perder a sus tres hijos, ya que no puede mantenerlos en esas condiciones, llevándole a suplicar un prestamo de dinero en el club de boxeo) y realizando combates en míseras condiciones, que provocaron la rotura de su mano derecha y el abandono de los mismos, y el recurrir a un trabajo de estibador en el puerto...

Pero el azar le ofrece una oportunidad, cuando se cae del cartel, a un dia del combate, el oponente de un aspirante al título...en principio, sólo supone la posibilidad de ganar un dinero extra, porque nadie espera que gane el combate, dada su edad, ya alrededor de los 35, y dado que lleva años lejos del ring y sin entrenar...Pero, lo gana, porque, cosas de la vida, el trabajo de estibador, en el que no podía utilizar su mano derecha rota, provocó que fortaleciera su brazo izquierdo, que se ha convertido en una poderosa arma también...Añadido a su principal cualidad, fuera y dentro del ring, su cualidad de gran 'encajador'...sabe encajar los golpes como nadie...Y se encuentra ganando combates uno tras otro, hasta luchar por el título, contra una auténtica bestia parda ( casi una encarnación de los crueles y duros tiempos que vivía), un boxeador, Max Baer (Craig Bierko), que no tiene piedad alguna, disfruta con su arrogante poderío, y hasta ha llegado a matar a dos contrincantes con sus fulminantes golpes...Braddock sabe que con una desmesurada fuerza de la naturaleza sólo se puede usar dos cosas, saber encajar, y ser lo suficientemente artero para evitar sus crueles 'trucos'...y vence, por puntos, aguantando ese vendaval...Jim Braddock se convirtió en todo un símbolo en aquellos años en donde el desempleo y la precariedad económica era tan crónica, un ejemplo de que uno podía enfrentarse y superar unas condiciones adversas...Ron Howard realiza la que es su mejor obra hasta la fecha, logrando no 'licuar', excesivamente, las rugosidades del relato como le había ocurrido en otras de sus obras, como 'Una mente maravillosa'...No tiene la hondura emoocional de la obra de Eastwood, y es cierto, que aun reflejando un paisaje tan precario, suaviza sus contornos, sin sumergirse del todo en sus sombrías corrientes, incidiendo, ante todo, en los resortes vitales de este voluntarioso personaje (en el que la interpretación de Crowe es crucial), cuyo impulso de acción resulta contagioso enfrentándose a las circunstancias...

Remontándonos a finales de los años cuarenta, nos encontramos con tres obras que reflejan, con el universo del boxeo como decorado, a otros hombres enfrentados, con diversas actitudes, a su circunstancias, y que, además, se constituyen en algunas de las mejores obras de este subgénero...Me refiero a 'Cuerpo y alma'(1947) de Robert Rossen, 'El idolo de barro' (1949), de Mark Robson, y 'Nadie puede vencerme'(1949), de Robert Wise (los dos últimos reincidieron, por cierto, en la siguiente decada, con 'Más dura la caida' (1956) y 'Marcado por el odio' (1957), respectivamente, quizás más convencionales y menos incisivas en su tratamiento)...'Nadie puede vencerme' coincide con el retrato de Jim Braddock en que es un boxeador también entrado en años, Stoker (Robert Ryan), y al que las oportunidades, dentro y fuera del cuadrilatero, parece que se acaban...

La singularidad de este film, de poderosa nervatura, es que la duración del film se corresponde con la de los hechos, los momentos previos a uno de sus combates, en los cuales descubre que además está amañado para que pierda, y en los que dirime su futuro, aún empecinado, pese a las suplicas de su esposa de que lo deje, en que puede lograr algo como boxeador...el retrato de ese ambiente es desolador, tanto por un publico retratado como unas bestias sedientas de sangre, como por los intereses que ante todo priman tras las bambalinas, donde los boxeadores son meras piezas sacrificables de las que casi nadie se preocupa...
Este panorama, que refleja los convulsos años de postguerra, también está presente en las otras dos obras citadas, las cuales coinciden con la obra de Howard en el retrato de la ascensión y progreso de dos boxeadores hasta alcanzar el 'trono' del cuadrilatero, pero con matices bien diferenciados, tanto en la personalidad del protagonista, como en el 'trayecto simbólico' de su 'ascensión'...No, aquí no nos encontramos con un noble personaje que convierte el ring en emblema por su capacidad de encajador ante unas circunstancias precarias, afirmándose en un poderoso 'afán de superación'...estos dos personajes tienen más claroscuros, o si son ejemplares, lo son a la inversa, en cuanto a qué vulnerables son a las tentaciones del éxito...Ambas, curiosamente, se inician con una secuencia que da paso a un largo flashback que describe cómo han alcanzado su posición, y la elección de las dos secuencias, muy diferenciadas en cuanto implicación dramática, define a los dos personajes...

La introducción de 'el idolo de barro' nos muestra a Midge (Kirk Douglas) presto a realizar un combate, y presentado como el 'campeón' imbatible, y ese contrapicado sobre él en el ring ya nos señala lo que para él significa, es el 'rey' y esa era su aspiración...lo que se nos narra a continuación es cómo empezó desde la más absoluta precariedad, y fue ascendiendo, dejando de lado cualquier escrúpulo o afecto...era un hombre congestionado por la rabia, la rabia despechada de vivir en la pobreza, y sólo ansiaba ser un triunfador, ser 'alguien', vencer a sus circunstancias sin ningún miramiento...como se ve poco que ver con el Jim Braddock...y así, pese a su triunfo en el cuadrilatero, es un hombre que se va quedando solo, porque subordina cualquier afecto, sólo se importa él mismo...ha triunfado en el cuadrilatero, pero no en la vida, convirtiéndose en un emblema de aquel que sólo aspira a una mejor posición, pero no para cambiar las cosas, sino para ser él quién esté encima 'sobre los demás'...obcecación tal, que le llevará a resistir tales golpes en el último combate, que determinará su muerte, pese a que lo gane, ante todo impulsado por esa 'rabia despechada' que lleva consigo...

El inicio de 'Cuerpo y alma' nos presenta, en cambio, a alguien debatido en un dilema vital...Un hermoso travelling, con grua, nos muestra un ring, en un jardín, y la cámara se acerca hasta Charlie (John Garfield), quien sufre unas inquietantes pesadillas que nublan su sueño...y su conciencia, como veremos, en esta noche previa a un importante combate...De nuevo, un flashback nos narra su proceso de ascensión desde la pobreza...No tiene la soberbia de Midge, es más simple y llano, y su orgullo es más infantil, menos acerado, y el ring, sí, lo ve como la posibilidad de superar su pobreza, pero ya no sólo por sí mismo, sino por su madre también, sobre todo, después de que su padre haya muerto en su tienda debido a una explosión provocada por una de las mafias de la zona...Si los contrapuntos sentimentales de Midge, las mujeres de su vida, para él no tenían mayor influencia más allá del interés puntual, o viéndolas incluso como posibles 'rivales' que se quieren aprovechar de él, incapaz en su ceguera de ver lo que sienten por él, en 'Cuerpo y alma' Charlie tiene un importante contrapunto en la mujer que ama, Peg (Lili Palmer), intelectual y artista, de mirada lúcida y sensata...Charlie perderá el rumbo cuando se deja llevar por las tentaciones del éxito, lo que implica disponer de todo lo que desea, incluidas otras mujeres, y, claro, hacer concesiones a los intereses de la mafia que domina el boxeo, supeditarse a sus intereses, lo que conlleva sacrificar a quienes ama...ya sea su mejor amigo y asistente, o Peg, cuya aguda sensatez no es muy 'conveniente' para los intereses sin escrupulos que pueden llevar al éxito, y sobre todo, el detonante de ese dilema en el que está sumido al principio de la película, el sentirse responsable de la muerte de su ayudante Ben, otro ex boxeador a quienes los golpes habían afectado cronicamente a su cerebro, y que, al enfrentarse al mafioso por intentar convencer a Charlie de que no se pliegue a sus imposiciones y opte por a honestidad, sufre un ataque que le lleva a la muerte...

Charlie sí reacciona, recupera su autoestima, y su conciencia, o consciencia, casi se puede decir, afirmándose en lo que de verdad es más importante para él, su honestidad, y su amor por Peg y su madre, que se habían alejado de él por haber perdido el rumbo 'moral'...Decidirá no plegarse a lo que el mafioso le exige, que pierda el combate para enriquecerse con ls apuestas ya que la mayoria de la gente apostará por Charlie, y gana el combate...Junto a Peg, al acabar el combate, despreciará incluso las amenazas del mafioso, afirmado en su honestidad...Rossen hubiera preferido terminar con otro final, que también se filmó, en el que Charlie recibía una paliza que determinaba su muerte, y acababa con su cabeza dentro de un cubo de basura...Quizás más realista, en la línea del final de 'Nadie puede vencerme' (en donde Stoker es apalizado por también no plegarse al tongo, y ganar el combate, aunque tampoco acabe muerto), pero se prefirió este final más voluntarioso y positivo, que vuelve a engarzar con la historia de Jim Braddock, donde el afán de superación logra, sin perder la honestidad ni la nobleza, dar sus frutos...dos opciones, dos perespectivas distintas...

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