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domingo, 11 de julio de 2010
Loft
Resulta difícil encontrar una obra hoy en día que haga cuerpo de la Otra mirada, ese ángulo que abre a las incertidumbres, el del género fantástico. El extrañamiento, la alteración de la percepción que es interrogante sobre el concepto de la realidad, de sus límites y posibilidades. Descorazonador es también, porque es el género que más posibilita la inventiva cinematográfica. Y no se exime la vertiente del fantástico que transita el terror ( o el horror), es más, se hace más acusadas las carencias de una práctica genérica enquistada en los clichés, en la mecánica más trivial. El cine del cineasta japonés Kiyoshi Kurosawa es una de las afortunadas excepciones. Y 'Loft' (2005) otro de sus exquisitos, y turbadores, ejemplos, que quiebra, o desprecia, las convenciones ( véase cómo rehuye utilizar la música como cómodo recurso enfático), potenciando la desestabilización, cualidad del genuino fantástico, a través de la creación de una atmósfera, y jugando con los hilos de la trama como piezas de un puzzle que no tiende a ordenarse sino a abrirse en inquietantes puntos de fuga. Por eso, su narrativa linda con la abstracción, con unos difusos límites en los cuáles lo mental y lo material se conjugan en una representación que dinamita la concepción y la percepción de lo real.
Ese extrañamiento se habilita desde las primeras secuencias; planos fragmentados de Reiko (Miki Nakatani) escribiendo, alternados con otros en los que siente arcadas, hasta que vomita un liquido que asemeja barro, o atusándose ante el espejo. En la posterior secuencia con su editor sabremos que esa obra que escribe es un encargo, una obra de corte romántico al uso más convencional (y que ella ha ganado un previo literario); y que los médicos no han encontrado nada anómalo en su organismo. Como dice ella, quizá sea una cuestión psicológica. Algún malestar emocional que le hace sentir que realmente vomita ese barro. ¿Estaremos en el terreno de la obra que transita en los escenarios de una mente? Quizás, es una opción con la que se juega. Sin duda, esa planificación fracturada de la secuencia inicial ya expresa ese estado interior de Reiko, que la lleva, para poder desarrollar su creatividad fluidamente, a buscar un lugar que tenga las condiciones ideales; y es su editor quien le sugiere ese espacio, una casa en el campo, a cuyo lado hay otro edificio, abandonado, y ante el cual la primera noche es testigo de cómo un hombre descarga algo que parece un cuerpo cubierto por una funda. Kurosawa juega con aguda eficacia con estas imágenes incógnita que llevan a otras incógnitas (excurso: una dinámica narrativa que la serie 'Perdidos' elaboró con habilidad, este principio de incertidumbre, aunque el conjunto se deslució cuando la clausura de sentido emborronó las aristas de las incógnitas con un cierre de limitado relieve; por contra Kurosawa no deja de alentar la interrogante,los posibles ángulos, en un final que tiene poco de complaciente para quien busca un orden de sentido clarificador y complaciente).
Además, Kurosawa juega con el salto de perspectivas, enuna deriva en la que, imprevistamente, se cambia el punto de pista, por ejemplo al de ese hombre, un ciéntifico obsesionado por una momia encontrado en el barro (elocuente detalle es que Keiro expulse barro por su boca, o así lo crea, antes de saberse este dato), de siglos atrás, en el que las mujeres para conservar la juventud tragaban barro, aunque pudiera llevarles a la muerte (recordar el detalles de la secuencia de apertura de Keiro mirándose en un espejo). E incluso hay saltos en el tiempo, como si la narración fuera una capa de cebolla que va desvelando lo que oculta una incógnita, aunque como digo, asienta aún más el misterio ( como el giro narrativo de descubrirse otra pieza que alienta aún más la incertidumbre, una muerte reciente de otra mujer en el mismo lugar). Pero sobre todo, hay que destacar cómo trabaja Kurosawa la puesta en escena, por ejemplo, el espacio y el tiempo. El encuadre se convierte en un espacio incierto, dando potencia perturbadora al fuera de campo, a lo que un movimiento de cámara descubre ( o el sonido, lo que se escucha más allá del encuadre). O dentro del mismo encuadre (Reiko y la momia al fondo del encuadre o, cuando encuentra la inspiración para acabar la novela). Y el tiempo, la dilatación del plano y las secuencias, la inquietud que gesta con mano firme (esa brillante secuencia nocturna en la que Reiko se desplaza por la casa, entre ruidos súbitos y caídas de objetos, alargándose los planos, palpándose la sensación de que algo puede aparecer en cualquier instante, sensación que se extiende al resto de las secuencias; nada es seguro, y cómo se trabaja el encuadre lo refleja), o las apariciones de esa mujer, que ya no se sabe si son parte de un sueño,si son reales o fruto de la sugestión ( esa mano que aparece en el ventanal tras Reiko, que deja su huella). El quién desaparece, o es imprevisible, no sólo Reiko, en cuanto a que si todo es fruto de su imaginación o es real, sino con respecto a los otros personajes, que difuminan las fronteras del parecer y ser. El espacio y el tiempo son inciertos, y alienta lo posible y una turbadora noción del misterio.
'Loft' (2005), escrita y dirigida por Kiyoshi Kurosawa es una genuina y exquisita obra del género fantástico, que refrenda que es de los pocos cineastas que logra obras de altura en este género, y que es uno de los más inventivos y cautivadores cineastas de la actualidad. Admirable cómo crea unas texturas perturbadoras, una atmósfera que desestabiliza la certidumbre. O, también, cómo los sueños de la vanidad crean monstruos.
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Estaba dudoso pero me has convencido de que la vea. Gracias por la recomendación y enhorabuena por el blog, es excepcional.
ResponderEliminarSaludos!!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡¡Muchísimas gracias!! ¡¡Abrazos de celuloide!!
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