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jueves, 22 de julio de 2010
Fargo
Figuras suspendidas sobre un paisaje vacio...En la apertura de Fargo (1997), de los hermanos Coen, vemos cómo aparece, entre la nevisca, el coche que conduce Jerry (William H. Macy), y cuya finalidad es que será utilizado por los secuestradores, Carl y Gaear, que ha contratado...Surge de su posición difuminada (en las circunstancias de su vida, en ese 'conjunto social' en que se siente 'invisible'), con el objeto, el coche, metonimia y emblema de su transgresión, de su conspiración embaucadora (montar el falso secuestro de su esposa para conseguir dinero de su rico suegro)...para acceder al trozo de cielo que se le niega...
El final, en cambio, es la constatación de la victoria de la Ley y Orden, representada por el matrimonio que forman la oficial de policia, Marge (Frances McDormand) y su marido, ambos aposentados en la cama, con la vista en el televisor, y declárandose unos desangelados, e inerciales, 'te quiero'...Todo ha vuelto a los cauces anestesiados de la 'normalidad' (o inercia de costumbre)...La nieve como paisaje del 'conjunto', o entorno...La nieve del televisor como señalización de una ausencia de real canal de comunicación en las vidas de sus habitantes...Un paisaje inmenso y homogéneo en el que los personajes circulan como zombies...Un espacio que revela su insignificancia, ubica el vacío sobre el que, suspendidos, se sostienen sobre la congelación de sus emociones y a rutina uniforme de su vida...Conectados a ficciones externas, habitando únicamente las apariencias...Un simulacro de vida programado...
En un momento u otro se muestra a un personaje absorto ante la televisión (la mujer y el hijo de Jerry, su suegro, los secuestradores, el jefe del concesionario, Marge y su marido)...pasivos espectadores anestesiados con algún insustancial programa...Sustitutivos de una vida inane, carente de 'historia'...No hay canal comunicativo real, cada uno embargado en su propio mundo autista...Si unos ven telenovelas (incluido el despiadado asesino Gaear), otros se las 'montan', 'dramatizando' su vida con una historia inventada, otro simulacro, como, por ejemplo, el antiguo amigo del colegio de Marge, Mike Yanagita...La llama por teléfono tras verla en la televisión, a raiz de los crimenes que investiga (esto es, es 'protagonista') y cuando se citan le relata toda una serie de tremendas desgracias que han ocurrido en su vida...Poco tiempo después, Marge descubrirá que todo lo que le había contado era falso...Había sido su momento de 'protagonismo', aunque había necesitado 'montarse esa película', ya que seguramente en su vida no pasaba nada...
Jerry realiza otro tipo de 'montaje'...Su 'ficción' será el citado simulacro de secuestro de su esposa...No deja de ser expresivo ese plano, en su salón, en el que se encuadra una televisión sin canal, o sea con 'nieve', mientras en 'off' se le escucha llamando a su suegro, desconsolado, para informar del secuestro de su mujer...La cámara realiza un travelling hacia la izquierda, encuadrándole, y advertimos que lo que está haciendo es ensayar el tono más efectivo de desconsuelo...La 'nieve' del televisor desvela la mentira que uniformiza a los personajes, integrados en un 'conjunto ficticio'...Todo es 'escaparate de falsas apariencias'...A lo largo del relato se remarca esta idea a través de diversos recepcionistas de hotel, dependientes o cobradores...Seres de cordialidad aparente y dentrífica...
Su representante más conspicuo es Marge...Al fin y al cabo, es la representante del Orden...La expresión de su rostro, sonrientemente vacuno, 'flotante', como si no hubiera interioridad que traslucir, o permaneciera adormecida, o en 'standby', representa esa afable formalidad...resbaladiza...Marge puede contemplarse como el reverso de la agente de policía Edwina (Holly Hunter) en 'Arizona baby'...Si esta era una representante del Orden que es esteril, lo que la hace sentirse frustrada por no poder participar del modelo de normalidad, 'reproduciéndolo', Marge, en cambio, es una mujer preñada...Es la imagen de la conforme y satisfecha 'abundancia'...No dejan de ser impagables las secuencias con su marido...Una comunicación 'minimal', telegráfica, como dos niños grandes que actúan como sonámbulos robóticos...La rutina es robótica...Su vida lo es...aunque tenga que investigar unos brutales crímenes
Jerry también es un represante de esa dinámica de escaparate..pero frustrado...Es vendedor en un concesionario de coches (qué mejor emblema de nuestra sociedad)...Como comercial es la elevación al cubo de esa cordialidad aparente de sonrisa incrustada en el rostro...Sabe mentir y dismular...Pero anhela ascender en el escalafón social y laboral...Como a otros, le mueve la codicia...Pero está encajonado en su posición, en ese espacio cuadriculado...Como revela ese picado, en plano general, en el aparcamiento nevado, tras que el suegro le haya negado el apoyo financiero para sus proyectos, ya que sólo quería sacar provecho de de la idea de Jerry para su propio beneficio empresarial (el parasitismo del poderoso)...El gesto impotente de Jerry al no poder quitar, con la escobilla, el hielo encostrado en su parabrisas, define su situación...Así que por qué no realizar un simulacro de secuestro, coherente, y en consonancia, con las artimañas y engaños de los representantes de la depredación económica 'legitimada'...
Como contraste con este espacio del concesionario, tenemos los aparcamientos...Espacio roturado...Casillas clasificadas y controladas...Es el espacio donde se ubica la explosión de Carl (Steve Buscemi)...Como Jerry, se verá superado por las circunstancias (las propias limitaciones, los otros, los imprevistos)...Su enfrentamiento con el cobrador del aparcamiento, por querer cobrarle cuatro dolares por sólo entrar y salir es la espita, que culminará, más tarde, con su duelo mortal, en ese mismo espacio, con el suegro de Jerry...Su grito de que es más listo que todos, planificado en un leve contrapicado, es la expresión de su hartazgo, rabia y desesperación...
Por un momento se siente en la cima del mundo, por encima de todo ( de hecho está en el último piso del aparcamiento)...Como guinda, matará al cobrador del aparcamiento...Ya no aguanta más, insumiso a unas estúpidas reglamentaciones...Claro que su real 'posición', por mucho que se esfuerze y rebele, quedará espacializada en la secuencia en la que esconde el dinero en la nieve...Una diminuta figura en la inmensidad de un espacio uniforme y resbaladizo...Y es que Carl es 'raro' (la única forma en la que le definen los otros)...Es el único personaje que busca, infructuosamente, comunicación...Lo cual choca, sobremanera, con el pétreo lacónismo de su compañero de andanzas de secuestro, Gaear (Peter Stormare)...
Cuando no propiciando absurdos diálogos, como con la 'acompañante' que ha 'alquilado', en el local donde canta Jose Feliciano (la americanada del pais de los ciegos), cuando pretende, torpemente, indagar en la vida de ella, algo en lo que la mujer en cuestíón tiene escaso interés en dar pie...Pero los personajes no tienen intimidad o no la comunican...La secuencia de los secuestradores con las dos prostitutas es modélica en este sentido...El plano, de nuevo, general, en picado, de los cuatro follando, cada pareja en su cama de la habitación del motel, se encadena con otro plano idéntico, en el que ahora vemos cómo los cuatro contemplan la televisión con expresión enajenada... y en silencio, claro...No hay más intercambio que ese...Todo es frio, impersonal, carente...
Una figura emblemática es la de la escultura del leñador que indica la entrada al pueblo, Brainerd (posible juego irónico de palabras, Brain significa cerebro o mente, lo cuál no deja de ser paradójico en un paisaje de seres carentes de lo mismo)...La expresión de su rostro es terrorífica...La asociación con Gaear es transparente...Sobre todo en la secuencia, ya al final, tras ser detenido, cuando es trasladado en el coche policial, en la que Marge dice que no entiende nada...Gaear calla, cual terrorífica esfinge...
Es el reflejo de cómo en un paisaje anestesiado, anodino, puede estallar la violencia más brutal...Del 'puto silencio' (al que alude un impotente Carl)en el que habitan unas vidas sin historias, donde nada ocurre, puede surgir el horror como consecuencia inevitable de una congestión y enajenación vital entre tanto simulacro...Por eso, el efecto emocional que provocan las secuencias, en las que la violencia hace acto de presencia, es tan desasosegante...Son rupturas radicales con la exposición del resto del relato, en donde nada parece ocurrir, porque nada ocurre...aunque en sus corrientes subterraneas algo se va crispando...Vacío y violencia van unidos...
Para terminar, un encadenado narrativo que sintetiza lo ha dicho...Gaear contempla con expresión vaciada el aparato de televisor en el que sólo hay 'nieve'...El siguiente plano nos muestra a Marge y su marido, con su talante de indiferencia congénita, contemplando un documental sobre insectos...Sí, quizás el universo de 'Fargo' no está muy lejos del de 'Terciopelo azul' de David Lynch...La violencia que late entre los simulacros de vida...
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