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lunes, 19 de julio de 2010

Ivonne Fourneaux, descarnada y gélida

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Yvonne Furneaux protagonizó en cada descarnada escena compartida con Marcello Mastroiani en la magnifica 'La dolce vita' (1960), de Federico Fellini, una convulsa y desesperada agitación de sentimientos hechos de acerados reproches y crispados chantajes emocionales (incluidas amenazas de suicidios), que no reflejaban sino una relación malherida que se mantenía por inercia u obcecación. Furneaux también fue, en cambio, la obsesión amorosa de La momia, en la sugerente obra de Terence Fisher de 1959. Y más bien no sabía lo que quería en la estupenda 'Las amigas' (1955), de Michelangelo Antonioni, camuflando bajo su suficiencia una acusada convencionalidad que no quería reconocer. Interpretó a la hermana de Catherine Deneuve en una de las mejores obras de Roman Polanski, 'Repulsión' (1965). Protagonizó junto a Errol Flynn, 'El señor de Ballantree' (1953), de William Keighley, y junto a Laurence Olivier, 'La opera de tres peniques' (1953), de Peter Brook, y para Claude Chabrol, 'Champán para el asesino' (1966).

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