Robert Young, Robert Mitchum y Robert Ryan en una imagen publicitaria de la notable 'Encrucijada de odios' (1947), de Edward Dmytryk, que tuvo la audacia, adelantándose en unos meses a 'La barrera invisible' (1947), de Elia Kazan en poner el dedo en la llaga sobre el antisemitismo en la sociedad estadounidense (aunque en la novela enfocaba hacia la homofobia dentro del ejercito). Todo un planteamiento audaz por su falta de complacencia, y más considerando que acababa de terminar hace dos años el conflicto bélico contra un régimen antisemita como el nazi. Esta contundencia crítica determinaría dos años después que varios de los integrantes de esta producción fueron acusados por el Comité de actividades norteamericanos, caso del director,que sí colaboró con la 'Caza de brujas' para mantener su estabilidad profesional, o del productor, Adrian Scott, denunciado por el anterior,que fue uno de los 'Diez de Hollywood' que se resistieron a testificar lo que supuso que sufrieran un año de carcel, y que le fuera después imposible el volver a trabajar en la industria de Hollywood.
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