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martes, 11 de diciembre de 2012

Plácidas pausas de rodaje: Frank Sinatra y las tortitas

Photobucket Visto que estaba un tanto tirillas Frank Sinatra decidió atiborrarse de tortitas durante el rodaje de la película que rescató su carrera, 'De aquí a la eternidad' (1953), de Fred Zinnemann. Aunque debieron pasar varios lustros para que su o rganismo se 'expandiera'. Una imagen que me recuerda a una de las letanías de uno de los autistas que cuidaba (hace más de dos lustros): 'Mostachones' (no me extraña, dado lo ricos que son, aunque también lustros ha que no como uno).

5 comentarios:

  1. Ahora dígame usted la verdad; ¿no cree que Sinatra es una de las personas más sobrevaloradas de la historia, especialmente como actor? Ya me dirá si su "actuación" en "De aquí a la eternidad" era como para tirar cohetes, mucho menos para ganar un oscar al mejor secundario. No, si Mario Puzo ya nos contó la verdad en "El Padrino"...







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  2. Oiga, que mi pregunta no era retórica. Me interesa su opinión sobre Sinatra-actor, s'il vous plait...

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  3. Desde luego no consideraría su interpretación en 'De aquí a eternidad' como lo mejor de ese año. Pero en cuestión de premios de interpretación hay misterios aún mayores. Suelen entrar en juegos variables de lo más diversas, incluidas las de las influencias 'abrumadoras'. Como actor, en general, tampoco creo que tenga excesiva consideración. Muchas veces era su 'personaje' (el hombre 'cool'). Pero no desentonaba en sus mejores películas, con Preminger, Douglas o Minelli. Vamos, que me resultaba grata presencia, aunque algunas que hizo con sus coleguitas del Rat pack en los inicios 60 resultaban un tanto cargantes (La cuadrilla de los once, Tres sargentos, Cuatro gangsters de Chicago...).

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  4. En cuanto a su faceta de actor (en la de crooner también habría que cortat mucha tela), está claro que no consiguió nunca salir de la mediocridad a pesar de ese oscar incomprensible por De aquí a la eternidad , fruto sin duda de sus padrinos. Tan sólo atisbé en él alguna interpretación correcta sin más, al final de su carrera ( El detective de Gordon Douglas )
    En fín, que tuve que hacerme mayor y más exigente para captar estas sutilezas, ya que he de confesar que a mí, cuando tenía doce años, Frankie me caía estupendamente, él y sus amigos del rat-pack. Ahora, cuando los veo, el apelativo más suave que me viene a la mente es el de PELMAZOS.

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  5. Bueno, hay muchos Oscars concendidos que pueden resultar incomprensibles, creo que la lista resultaría larga. Por no entrar en otros premios. Ciertamente, también a mí con el tiempo esos coleguitas que iban con la pancarta de epicureos de la vida se van revelando como jetas espabilados al cubo (el retrato del personaje de Dean Martin en 'Bésame, tonto', es probable que les cuadraría bien a todos). También me quedaría con su intepretación en 'El detective' como la más notable que realizó.

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