Tras ser despedido por la Metro Goldwyn Mayer, por mostrarse remiso a intervenir en películas que consideraba de baja calidad (e imposibilitado el poder volver a dirigir, controlando sus obras) Keaton decidió embarcarse rumbo a Francia, donde intentó insuflar un nuevo impulso a su carrera con 'El rey de los Campos Elíseos' (1934), de Max Nosseck. Esta imagen se tomó al retornar de Francia. La carrera de este gran cineasta ya había entrado en barrena.
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