James Mason y Judy Garland en una pausa de rodaje de la hermosa 'Ha nacido una estrella' (1954), de George Cukor. Extraordinarios ambos, la sutil y compleja interpretación de Mason sigue siendo la que más me ha conmovido y más he admirado de las vistas en una pantalla. Mason hace danza de sus emociones, desde la fragilidad a la alegría, cuando pierde pie o cuando escucha emocionado cómo canta la mujer que ama. Su mirada, su hondura y su relieve, relatan el proceso de un hombre que se reencuentra gracias al amor, cuando sus pasos parecían extraviarse, y que se sacrifica para que sus temblores, su imagen quebrada, no empañen el brillo de la mujer que ama, su ascensión a las estrellas.
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