Jean Seberg. Juana de Arco y Lilith. El rostro devastado de los planos finales de 'Buenos días, tristeza', la adulta que ya dejó de ser niña pero ahora es un espectro maquillado. La transgresión de una mirada que ya no conoce de límites, los cantos de la sirena de Lilith para quien se siente extraviado en un mundo donde locura y cordura han difuminado sus fronteras. La difusa ligereza de quien no sabe si es libre porque es infeliz o infeliz porque es libre en 'Al final de la escapada'.
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