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lunes, 13 de enero de 2014

Doce series 2013

Doce series destacadas. Aunque hay que remarcar que no son muchas más las series que he visto. Algunas porque todavía están pendientes temporadas precedentes. Son todas las que están, pero seguramente no están todas las que son. Hay algún caso, como los dos primeros episodios de 'House of cards', dirigidos por David Fincher, que podrían verse como un largometraje, con su conclusión, aunque luego se desarrolle en una temporada de trece episodios. Y probablemente la situaría entre las diez primeras de un listado que uniera estrenos cinematográficos y series. Como quizá también el conjunto de la serie 'Hannibal'. La secuencia final del último episodio integraría la selección de secuencias más destacadas de este año, así como la última conversación entre Walt y su esposa en el episodio final de 'Breaking bad'. El tercer episodio de 'Homeland', el de las dos reclusiones de la pareja protagonista, él en un edificio en construcción y a la vez abandonado (impecable metáfora), en Venezuela, y ella en una institución mental, también lo situaría entre lo más destacado de lo visto este año. Y el último, sobrecogedor, no le va a la zaga, con esas desazonadoras últimas secuencias entre Brody y Carrie, y el ajusticiamiento de Brody. La frase que en un momento dado expresan algunos de los personajes, como Brody, Saul o el agente Quinn, 'No sé por qué hago lo que hago', que pone en cuestión su dedicación, sus objetivos, su supuesta misión, resuena como un doliente filo que evidencia un absurdo cruel. Mención especial también merecen el décimo episodio de 'American horror story', último en el que aparecen los dos personajes más sugerentes, la monja poseida y el médico con pasado nazi. Una segunda temporada mucho más equilibrada que la primera, que adolecía de una sobresaturación de figuras trastornadas y de abyección por metro cuadrado de celuloide. En este décimo merece ser destacado el sorprendente número musical.
El final de 'Dexter' fue decepcionante para muchos. Pero su conclusión me pareció espléndida, y nada complaciente. Ese singular personaje que asemejaba a un niño grande que aún no ha logrado enfocarse como ser social, y durante varias temporadas se convirtió en reflejo distorsionado de nuestras contorsiones y cabriolas para integrarnos en sociedad, en amoldarnos a unos roles, ser pareja de alguien, formar una familia, ser padre, ser un amigo íntimo, realizar los diversos rituales de socialización, llevar lo que se califica como vida estable y normalizada, mientras mantiene una doble vida que es ser una asesino justiciero, ya que sólo asesina a quien hace daño, a quien mata, en el último episodio toma constancia de que ante todo genera daño, de que causa dolor a sus allegados, a quienes ama. Y decide apartarse de ellos, se aparta del mundo, convertido en otro, que es ser cualquiera, ya sin doble vida, un ser asceta, solitario, y recluso, un pescador en un pueblo remoto, como si se hubiera condenado a sí mismo. 'Luther' también es una serie que ha ido perdiendo consideración con el paso de las temporadas. Pero me pareció excelente el cuarto y último capítulo de esta tercera temporada, reflejo de esa excepcional y cautivadora alquimia entre Luther y Alice. 'Rectify' resultó una muy sugerente sorpresa. Admirable cómo se va sedimentando la extrañeza en su proceso narrativo. Como 'Dates' un proverbial ejemplo de crear pequeñas piezas, algunas sin relación, sin dejar de lado un sutil arco dramático que culmina en un excelente episodio final
1. House of cards. Exquisiteces a destacar: El uso del fuera de campo en la secuencia inicial, con Frank estableciendo una elocuente diferenciación entre el dolor del que aprendes, con el que creces, y el dolor que es innecesario: con una secuencia ya ha marcado el tono de la obra, ya ha establecido que asistiremos a una obra sobre la crueldad ‘invisible’, esa que no deja sangre porque se realiza entre las sombras, entre bambalinas. El uso de penumbras, de gestos, miradas y espacios (una ventana en el hogar de los Underwood que se utiliza para fumar) para matizar la recarga de Frank de una decepción y su reconstitución para contraatacar. Dedica tres planos a espacios del piso de Zoe que ya la definen (que a la vez sirven de elipsis mientras se cambia de ropa). El uso de los textos de los sms en pequeñas pantallas (como en la serie ‘Sherlock`), que admirable y sutilmente gestan la corriente subterránea de la relación entre Frank y Zoe. Kevin Spacey necesitaba otro papel de esta envergadura, desde hacía una década. Compone un personaje mordaz, venenoso, agudo. Memorable.
2. Hannibal 'Hannibal', desarrollada por Bryan Fuller, opta por la dirección de la serie 'Millenium' (1996-99), memorable obra de perturbadoras texturas, sobrecogedora inmersión en lo siniestro, a través de un investigador con una excepcional capacidad empática, Frank Black (Lance Henrikssen), quien no creo que casualmente aparece en un episodio, encarnando a un asesino que realiza un totem con los cadáveres de aquellos ha matado. Fuller también cita entre sus influencias a David Lynch, algo perceptible en el elaborado y prodigioso diseño de sonido, en la utilización atmosférica de la música. 'Hannibal' es una sinfonía impresionista, una obra de texturas, de entrañas, las de Graham, hechas texturas, más que de tramas. Es una inmersión allí donde los límites y las fronteras se quiebran, sangran en las interrogantes.
3. Breaking bad De ahí la fuerza dramática de esa extraordinaria secuencia en el último episodio cuando Walt 'aparece', o reaparece, visualizado de modo elocuente, en la cocina de Skyler, su esposa: la cámara encuadra a Skyler sentada ante una mesa, la cámara se desplaza, y deja ver tras la columna a Walt, de pies ante ella. En esta secuencia por primera vez Walt se 'desnuda'. Ya no usa el verbo para persuadir, disuadir, manipular o engañar (a los demás y a sí mismo). Por primera vez reconoce que todo lo hacía, no por la familia (como decía, aunque también, pero ya en segundo plano desde que le remite el cáncer) sino por sí mismo, porque se sentía vivo por fin. Se sentía despierto. En ese último (y catártico) episodio, Walt ha renacido, o ha reaparecido, tras sumirse en la nada ), tras haberse convertido en nada o nadie, cuando abandonado y despreciado por su familia, perseguido por la ley, tiene que huir, cambiar de identidad, y retirarse, esconderse en una cabaña apartada y lejos de la civilización. Tras ese retiro, como quien se enfrenta a sí mismo en completa desnudez, en la oscuridad de su depresión (cual culminación del proceso alquímico), reaparece listo para el sacrificio que reajuste, dentro de lo posible (no recuperará por ejemplo el amor de su hijo) todas las piezas que ha desmontado y derruido en su vida, los flecos sueltos.
4. Rectify En el extraordinario tercer episodio, dirigido por Nicole Kassell (directora de la estupenda 'El leñador' y del mejor episodio de la primera temporada de 'The killing'), cuando la serie ya definitivamente define su singular personalidad, Holden se levanta una mañana y toma consciencia de que en cierto modo tiene aún diecinueve años, que dejó suspendida entonces su vida (que ha sido sustraída desde entonces). Durante todo un día se enclaustra en otro tipo de celda, la celda intima que se traslada en el tiempo al pasado, y se dedica a recuperar a aquel chico, la música que escuchaba, sus juegos. Mientras, en paralelo, su hermana también se traslada, junto a Jon, a su pasado, a su perspectiva de niña de doce años que no lograba comprender lo que sucedía.
5. Luther La aparición en el cuarto episodio de Alice, es la constatación de una excepcional alquimia, la que se produce entre estos dos personajes, una combinación, rasgo de distinción de esta espléndida serie, que convierte en pieza magistral este episodio. La densidad encorvada, la gravedad casi espectral, de figura doliente, se ilumina con la mordacidad desapegada, cual niña traviesa, de Alice. También es significativa la 'aparición' de Alice, primero por cómo se realiza, cual figura fantástica en una situación que parece onírica de lo anómala, o excesiva, que es, y segundo, por el momento en que tiene lugar, cuando Luther ha descendido a las desoladas simas que son calabozo, cuando ya parece derrotado por los dos extremos, la ceguera inflexible de la ley y lo siniestro que ya se arroga la condición, como Cruzado con misión divina, de aplicación de lo justo: los dos extremos ya se confunden, la corrupción se propaga a través de lo presuntamente virtuoso difuminando límites.
6. Dates Dates fluctúa admirablemente en ese territorio indefinido en el que resbalan tanto el drama como la comedia, porque todo se hilvana y conjunta y desliza sin que haya un centro definido, como en la vida misma, y quizá de un instante de desencuentro se transfigure en otro de conjunción, o a la inversa, de repente tu mirada está embelesada, y dos segundos después atónita porque no sabes quién es aquel con quien estás hablando, y ese funambulismo es una de las principales virtudes de esta serie. Quizá no haya personaje en el que mejor se condense sus cualidades que en el desarrollo de Stephen, el personaje más sugerente, o con más relieve, quien en principio parece, precisamente, superficial, y del que se van descubriendo diversos ángulos, lo que ejemplifica cómo puede ser de complicado enfocar a la otra persona.
7. Homeland
8. American Horror story
9. Dexter
10.Les revenants
11. The fall
12. Orphan black

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