Otras pantallas: El hombre que empezó a despertar (en las alturas)

Aquella fue la primera vez en que Jean Luc Delvaux se preguntó cómo había llegado hasta allí. Recordaba que se disponía a escuchar el mismo programa de radio que escuchaba todas las noches, tomandose la leche caliente, que no ardiendo, y la s dos magdalenas, lo mismo que hacía desde hacía ya veintidos años. Esa misma mañana se enteró de que el presentador había sufrido un síncope, y que anunciaba que dejaba el programa, al menos por un largo tiempo. Esa noche Jean Luc se sintió raro con el tazón de leche en las manos, observando las dos magdalenas. Lo siguiente que recuerda es que se encontraba agarrado en lo alto de una grua en la otra punta de la ciudad. Esto comenzó a convertirse en inquietante hábito. En cambio las magdalenas empezó a desinteresarse por las magdalenas, y la leche caliente. Y un día no acudió a su trabajo de cajero en el banco. Ya sólo miraba hacia las alturas pensando en dónde despertaría. Un día decidió, con los cuantiosos ahorros que tenía, trasladarse al campo, al que no iba hacía décadas, desde que era niño, con su padre, que siempre había soñado con ser alpinista pero nunca se atrevió. Daba gusto despertarse en aquellas cimas, con aquel aire tan limpio. Y comenzó a interesarse por los pájaros. Y recordó que ya le apasionaban cuando era niño, pero que lo había olvidado como tantas otras cosas. Últimamente, se pregunta si algún día podría despertar más allá de las nubes.