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sábado, 15 de diciembre de 2012

Otras pantallas: Angus, la normalidad y el moco que cayó del espacio

Photobucket 'Don´t let me be normal' (no permitas que sea normal), fueron las últimas palabras que su hermana escuchó de Angus, antes de que desapareciera. Abandonó su trabajo en Glasgow como comercial de fijadores de pelo, y se dedicó a, bueno, no se sabe muy bien a qué se dedicaba aparte de aparecer de la guisa más estrafalaria en los más diversos eventos siempre junto a otros dos cómplices a los que calificaba de 'mis amigos visibles'. Su hermana sabía de él de pascuas en ramos porque le enviaba alguna carta, acompañada de alguna fotografía, en la que podía vérseles disfrazados a los tres, fuera en una convención de cerveceros de Bremen, un congreso de fabricantes de autómatas en Praga o una inauguración de empresas de redes para golf urbano en Tokio. Años más tarde, la hermana, que por cierto, se llama, Aileen, se encontró en un viaje a Londres con Seamus, un amigo irlandés de Angus de los tiempos universitarios. Este le narró cómo le vio, pocos días antes de que dedicidiera desaparecer, en el viaje que realizó Londres Angus para asistir a una exposición de peinados de Burundi. Según Seamus, Angus se quedó muy consternado con cierto hecho que tuvo lugar en un autobús de doble piso. Ambos conversaban animadamente sobre los estafilococos (es uno de los hobbies que compartían, y tema sobre el que seguían carteándose) cuando Angus estornudó. Como consecuencia, un moco de notorias producciones ('The solid blob' lo llamaban después) cayó sobre la mano de una esbelta rubia de aire etereo que parecía salida de 'Sonrisas y lágrimas'. Lo sorprendente es que la chica no realizó gesto alguno. No miró hacia Angus, no hizo aspaviento alguno, no lanzó el moco a diez kilometros a la vez que un grito que ni una protagonista de un slasher de los 80. No movió un sólo músculo, ni de la mano, ni de su rostro, ni de su cuerpo, como si fuera un maniquí. Permaneció rígida veinte minutos con aquel cuerpo extraño caído del cielo sobre su mano, 'The solid Blob attacks'). Cuando bajó Angus del autobús miró su rostro, que parecía congelado en un rictos de bilis, y dijo algo a Seamus que a su hermana, Aileen, resultó familiar: 'Don´t let me be normal'.

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