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domingo, 4 de marzo de 2012

Renée Adorée, muerte prematura de una estrella renacida y adorada

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Renée Adorée fue una de las estrellas de la era silente que sí superó el paso al sonoro, pero desafortunadamente en 1930 le sería diagnosticado tuberculosis. Pese a las indicaciones de los médicos optó por finalizar el rodaje de 'Call of the flesh', de Charles Brabin, junto a Ramon Novarro, para ser ingresada en un sanatorio al finalizarlo, donde permanecería dos años. Al salir intentó reiniciar su carrera, pero la enfermedad se agravó rápidamente, falleciendo en 1933 a lo 35 años. Su verdadero nombre no era Renée Adorée (renacida adorada), sino Jeanne de la Fonte. A los cinco ya estaba actuando en Francia con sus padres, y adolescente de tour por Europa. Estaba en Rusia cuando estalló la primera guerra mundial, trasladándose a Londres, y de ahí a Nueva York, en donde se introduciría en el mundo cinematográfico. Sería el Estudio quien le adjudicaría, en 1920, sobrenombre artístico de Renée Adorée. Su papel más renombrado sería con King Vidor, en 'El gran desfile', con volvería a colaborar en 'La boheme' (1926). Trabajó para Buster Keaton en 'Daydreams' (1922), Tod Browning en 'The blackbird' (1926) y 'The show' (1927), Josef Von Sternberg en 'The exquisite sinner' (1926) o Allan Dwan en 'Tide of the empire' (1929). En 1928, alcanzó bastante notoriedad su desnudo en 'The matin call' (1928), una producción de Howard Hughes, dirigida por James Cruze.

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