En rodaje: Lindsay Anderson y Richard Harris

Lindsay Anderson y Richard Harris durante el rodaje de 'El ingenuo salvaje' (This sporting life, 1962). Pocas obras poseen una atmósfera tan opresiva, desazonadora. Si se necesitaran etiquetas más que una obra englobable dentro del realismo social se inscribiría en el de terror, tal es la tenebrosidad de malestar vital que rezuma, como una ponzoña retenida, esa sordidez y asfixia anímica, moral, hecha 'peso' en su textura narrativa y visual ( sombras que exudan negrura, grises que hieden espesura insalvable) como lo haría Bergman en sus obras, sobre todo, de finales de ls sesenta ( 'La hora del lobo','Persona' o 'La verguenza'), ese malestar que reflejaron con notoria eficacia los cineastas británicos de aquellos años, estuvieran o no 'encajados' en el movimiento denominado 'Free cinema'