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sábado, 17 de marzo de 2012

El cine de Masaki Kobayashi

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De entre los recónditos anaqueles polvorientos de la historia del cine no escrita surgen, de vez en cuando, obras que incomprensiblemente han permanecido sumidas en el silencio, cuando se las puede considerar entre lo más destacados prodigios que ha dado el cine. Ese es el caso de esta magna obra, 'La condición humana', de Masaki Kobayashi, estrenada en tres partes, de tres horas cada una de ellas, 'No hay amor más grande' (1959), 'Camino a la eternidad' (1960) y 'La plegaria del soldado' (1961). Pero no menos fascinantes y admirables son las otras tres obras que conozco de Masaki Kobayashi, 'Harakiri' (Seppuku, 1964), 'El más allá' (Kwaidan, 1965), una de las obras más cautivadoras y singulares que ha dado el género fantástico, la cual destaca por por sus exquisitas composiciones pictóricas, por el turbador uso del sonido, y por una pautada utilización, de serial cualidad musical, del montaje en sus alternancias de tempos lentos y cortes abruptos.
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Y 'Rebelión' (1967), con una atmósfera opresiva, en la que la simetría de los encuadres hace cuerpo de la idea y sensación de prisión, el cautiverio de una simetría de ideas inmovilistas (también los espacios, sean interiores o exteriores, transmiten una sensación de inhóspita intemperie, de espectral gelidez), una sombría modulación narrativa en la que late intenso un aliento insurgente ( de un cineasta que sufrió los horrores de la guerra en carne propia, revelándose con las autoridades militares y terminando la guerra en un campo de concentración).

1 comentario:

  1. Masaki kobayashi fue uno de los más grandes cineastas orientales de la historia de la cinematografía; quizá un tanto desvalorado si lo comparamos con algunos de sus coetáneos,aunque para mí siempre será un artista de estimable consideración.Su talento y experiencia personal reflejan lo subversivo de la condición humana, cuyos conflictos espirituales coexisten hasta exacerbar el lirismo de su autor.
    En la portensosa 'Sepukku'(1962), el cineasta japonés narra con prodigiosa sobriedad y sensibilidad la excesiva rigidez de los códigos éticos del 'bushido' y una de sus terribles consecuencias:el ritual del'harakiri', tan estremecedor y turbador como el sonido de la biwa.

    Valoración:OBRA MAESTRA

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