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miércoles, 26 de mayo de 2010

Kay Kendall, el cisne fugaz

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La elegante belleza y el singular talento de la británica Kay Kendall, que deslumbró en 'Les girls' (1957), de Gene Kelly, sufrió en sus inicios la cruel ceguera de un productor británico que le dijo, allá por 1944, que era fea, que no tenía talento, que era demasiado alta, que no era fotogénica y que mejor buscara un hombre, se casara y formara una familia.Menos de diez después era una de las figuras más resplandecientes del cine británico, con 'Doctor en casa' (1953), de Ralph Thomas, 'Genoveva' (1953), de Henry Cornelius o 'Las aventuras de Quintin Duward' (1955), de Richard Thorpe. Y se dice que no había hombre que no le propusiera matrimonio, fascinado con ella. Su encanto era tal que ningún actor mostraba incomodidad en actuar con ella dada su elevada altura. Se casó con Rex Harrison en 1957, con quien trabajó en 'The constant husband' (1955), de Sidney Gilliat o 'Mama nos complica la vida' (1958), de Vincente Minelli, y se dice que él sabía que ella sufría leucemia cuando se casaron y que no se lo dijo. Kay Kendal moriría dos años después, a los 33 años.

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