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lunes, 31 de mayo de 2010
Fuga in Francia
Entre los anaqueles polvorientos, que tan poco se transitan, de la historia del cine, se pueden descubrir pequeñas joyas como 'Fuga in Francia' (1948), de Mario Soldati. Comienza con un plano general de un niño que viene corriendo por un pasillo, en un colegio de curas, para recibir a su padre, Torre (Folco Lulli), que llega disfrazado de sacerdote (porque es un fascista perseguido por sus crímenes durante la guerra), y termina con un primer plano de Fabrizio. Entremedias ha descubierto la verdadera identidad de su padre, tras sus máscaras, y ha encontrado 'otro' padre, en Tembien (Pietro Germi), que fue una víctima del fascismo, y que perdió a su hijo, del mismo nombre, cuando quemaron su pueblo. Soldati narra con proverbial precisión, sabiendo crear tensión mediante el montaje interno del plano. Ejemplos: Cuando Torre ha subido al autobús que le llevará al pueblo fronterizo para huir a Francia, Fabrizio, que le ha seguido, sube porque quiere ir con él (en el colegio se pegaba con otros alumnos defendiendo a su padre). Torre insiste en que no venga con él, abofeteándole incluso. En el último plano va a empujarle fuera, con ellos en primer término del encuadre, pero al fondo del mismo se aprecia a unos policías, por lo que Torre, al advertirlo, le vuelve a meter para no llamar la atención. En el autobús se produce un conflicto cuando el revisor quiere echar a 'el tunecino', que ha subido con su acordeón, y soltando una frase que repetirá varias veces ('la vida es una farsa'). Al revisor se enfrente Tembien, que viaja con su hermano, cuestionandole su actitud inflexible ( el fascismo se expresa en las pequeñas acciones), remarcando su condición de combatiente contra el fascismo; Torre, al fondo del encuadre, aporta su dinero, sonriendo con falsedad, y aplaudiendo la acción de Tembien.
En la larga noche de estancia en el pueblo, de proverbial intensidad latente, Torre se confronta con la circunstancia de que la camarera fue sirvienta a su servicio años atrás, y pende la amenaza para él de que le delate: Cena en primer plano con su hijo, y al fondo está ella cantando con el grupo de Tembién. Ella busca pasar la noche con el hermano de Tembien, por el que se ha sentido atraída, pero también porque teme por su vida. Gran plano: Al fondo del encuadre, en el patio, se ve a ambos antes de entrar en la habitación de ella; en primer termino, en la balaustrada del piso superior, se perfila la figura de Torre, poniéndose sus guantes negros. Esta admirable secuencia, entre los amantes, esta impregnada de una sensación de fugacidad que será truncada. Son dos enamorados que sueñan con un nuevo encuentro ( cuando él vuelva tras haber ganado dinero en Francia), pero sobre los que pende la sombra de la fatalidad.
En el último tramo, en ese paraje inhóspito y nevado de la montaña a cruzar hacia Francia, coinciden los opuestos. Torre y su hijo, el espíritu de un fascismo que se enriqueció a costa de los otros y que ejerció la crueldad sin escrúpulos, con las víctimas de entonces y de la precariedad material presente. Destaca una estupenda secuencia cargada de tensión en un refugio.
Poco conocida es la obra de Mario Soldati, autor además de esta estupenda 'Fuga in Francia' (1948), de 'La mano del extranjero', 'Yolanda, la hija del corsario negro', 'Malombra' o 'La provinciale', y que fue director de segunda unidad de obras como 'Guerra y paz' o 'Ben Hur'. Aparte de haber desarrollado una amplia carrera como literato.
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