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lunes, 19 de abril de 2010

Dos cabalgan juntos

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'Hay demasiados Wrangle en este mundo' exclama, con cáustica rabia, McCabe (James Stewart), en 'Dos cabalgan juntos' (1961), de John Ford, ante la falta de escrúpulos del tal Wrangle (Willis Bouchey), a quien no le importa pagarle por cualquier blanco cautivo desde hace años entre los indios para hacérselo pasar a su esposa como el hijo de su primer matrimonio que fue capturado lustros atrás. Se puede establecer cierta equiparación entre Wrangle y el Liberty Valance de la posterior 'El hombre que mató a Liberty Valance' (1962). Si este representa la salvaje barbarie en su expresión quintaesenciada, Wrangle representa la corrupción (u otro tipo de barbarie al fin y al cabo) de la civilización va estableciéndose expurgando lo primitivo en aras un supuesto Orden social. McCabe, en esta ecuación, puede también equiparse con el Doniphon de John Wayne, como el aplicado e integro servidor de la ley, en este caso de las ordenanzas del ejercito, Gary (Richard Widmark) con el Stoddard de James Stewart.
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De algún modo, en el equilibrio de ambas actitudes reside el equilibrio que descentran figuras como Liberty Valance o Wrangle. De ahí, ese titulo, 'Dos cabalgan juntos', frase que en la película expresa Gary cuando remarca a McCabe que ambos irán juntos a parlamentar con el Jefe Quanah Parker (Henry Brandon) para conseguir que les devuelva todos aquellos cautivos blancos que han apresado desde hace lustros. McCabe sabe, o ya cree, que nada se consigue si no se establece un intercambio. Por eso, frente al reproche silencioso de Gary, lleva incluso armas para intercambiarlas por los cautivos. Se puede decir que McCabe es una versión irónica de la más trágica de Doniphon, o de cierto cinismo que es más bien un escepticismo tiznado de picaresca. Fabulosa es su presentación como acomodado sheriff en una población en la que se lleva el diez por ciento de los negocios, placenteramente apoltronado en ese mundo aparte que se ha creado (sentado en el porche del salón, con cuya dueña mantiene una relación, y servido a cuerpo de rey por un camarero que le trae la correspondiente cerveza). McCabe no sabe, o le atraen poco los compromisos, por eso acepta la petición de Gary de que acuda al fuerte sin saber el motivo ( que explica en ese prodigioso largo plano sin cortes de ambos sentados al borde del rio, y es que empieza a entrever que ella le exige ya un compromiso: le empezó a llamar Guth, y al principio pensaba que tenía algo en la boca, añade socarronamente).
No tendrá reparos en aceptar el en cargo que le plantea el ejercito pero si es a cambio de sacar beneficio, es decir, aceptando lo que los familiares de los largamente desaparecidos quieran pagarle.
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Pero del mismo modo que Valance es la expresión extrema de Doniphon ( y eleminarle implicará su propia desaparición en el humo de la infrahistoria), Wrangle lo es de MacCabe, a quien aún le queda un ápice de integridad, lo que determinará su enfrentamiento ante la cruel hipocresia de los oficiales ( y sobre todo de sus esposas) del fuerte por su rechazo despectivo, no exento de sórdido morbo, a la mujer mejicana, Elena (Linda Cristal), que vivió durante años como esposa de uno de los jefes indios.
Estas son las tétricas sombras de la civilización, camuflada barbarie, como el ahorcamiento que efectuarán sobre el joven indio (una de las más desoladoras y sombrías secuencias que ha rodado Ford). Tras este momento, ya está claro que no hay progreso, y que había una cierta lucidez en el retiro vital de McCabe, aunque ahora lo realizará junto a la mujer india, ante un incierto futuro pero con la satisfacción de la elección de la integridad y el respeto (y un amor que no sabe de sucias fronteras de la moral).

'Dos cabalgan juntos' (1961), otra demostración de la sabiduria fílmica de John Ford, que sabe transitar, con proverbial equilibrio,entre el apunte más distendido humorístico (aunque sea tan irreverentemente lúcido a través de McCabe), y el tono más sombrío. El estupendo guión es de uno de sus habituales colaboradores en esa lides, Frank S Nugent, y la fotografía (en ciertas secuencias de marcado y fantasmagórico tono artificioso, como el ataque del esposo indio de Elena, Stone calf) de Charles Lawton. Sin olvidar mencionar a grandes secundarios como John McIntire, John Qualen, Jeanette Nolan, Andy Devine o Shirley Jones.

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