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miércoles, 14 de abril de 2010

Dan Duryea, la sonrisa taimada del villano

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Dan Duryea, junto a June Vincent, en una imagen publicitaria de la obra de cine negro 'Black angel' (1946), de Roy William Neill. Lo singular de su campaña publicitaria es que se remarcaba que Duryea, en esta ocasión ( que para variar no interpretaba a un villano), no abofeteaba a su partenaire (algo que parecía recurrente en anteriores obras), detalle más a considerar porque (como señalaban) la actriz estaba embarazada. Más allá de esta anécdota, se hace necesario homenajear a uno de los grandes secundarios del cine norteamericano,sobre todo en la década de los 40. Como anécdota citar que antes se había dedicado a la publicidad, y tras sufrir un amago de infarto los médicos le recomendaron que se dedicara a otra cosa. Su primer papel secundario destacado fue en 'La loba' (1940) de William Wyler, pero son sus grandes villanos, de sonrisa taimada, y amenaza latente (cual serpiente que en cualquier momento pudiera saltar) los especialmente inolvidables: Con Fritz Lang, en 'La mujer del cuadro' (1944), 'Perversidad' (1945) o 'El ministerio del miedo' (1944), con Robert Siodmak en 'El abrazo de la muerte' (1948), con 'Anthony Mann en 'Winchester 53' (1950), con Hugo Fregonese en 'Murallas de silencio' (1950), con Howard Hawks en 'Bola de fuego' (1941), o con Allan Dwan en 'Filón de plata' (1954).Sin olvidar otros personajes más positivos como su periodista en 'El orgullo de los yankees' (1941) de Sam Wood, el infortunado asistente de Eric Von Stroheim en 'El gran Flamarion' (1945) de Anthony Mann, el compañero de James Stewart en 'Bahia negra' (1953) de Anthony Mann o de Rock Hudson en 'Himno de batalla' (1955),de Douglas Sirk, el detective de 'World for Ransom' (1954) o como parte de la tripulación de 'El viaje del Phoenix' (1965), ambas de Robert Aldrich. También están los personajes 'entremedias' como el cínico periodista enfrentado a los poderes fácticos en 'The underworld story' (1950), de Cy Enfield

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