Carretera perdida

Dick Laurent ha muerto'...Es lo que dice una misteriosa voz en el telefonillo del hogar de Fred (Bill Pullman)...Así comienza 'Carretera perdida' (1997), de David Lynch, después de unos títulos de créditos sobre una carretera nocturna en donde alguien conduce 'en precipitación', mientras suena la canción de David Bowie, 'I'm deranged' (Estoy trastornado)...¿Quién es Dick Laurent?¿Quién está trastornado y en precipitación?...Acto seguido nos encontramos en el dormitorio, donde Fred, sentado en la cama, conversa con Renée (Patricia Arquette), su esposa...El 'sacrosanto altar' se encuentra en penumbras, las de la mente recelosa de Fred, enturbiado su deseo, o lo que es en este caso lo mismo, su ego, por la sospecha de que hay otro hombre en la mente de Renée...Ella no quiere acudir al concierto que dará Fred...Renée prefiere quedarse en casa...

Desde el local del concierto, Fred llama a su casa, pero nadie contesta...Esa voz 'ausente' que no contesta a su 'llamada' se convierte en un ominoso 'fuera de campo', fuera del alcance de su control presente...A lo que se añade un pasado para él desconocido, intranquilizador por lo que él no sabe, e imagina siempre 'abyecto' y escabroso en las vivencias sexuales de Renée, porque, sencillamente, estuvo con otros (ese es el quid, celos hasta retrospectivos)...Hasta en el pasado Fred se siente un 'cualquiera', porque, crónicamente inseguro, no se siente el centro de atención de Renée, el único y principal, por ello debe imaginársela a ella como una 'cualquiera' (mera transferencia)...
Secuencias después, se repite la escena, pero con una variante: Fred observa cómo Renée se desnuda...La mirada de Renée ni se dirige hacia él...Renée es el 'cuerpo' al que Fred observa con delectación y fascinación 'cuasireligiosa' (es su cáliz sagrado), y, al mismo tiempo, con inquieta suspicacia (su mente es un remolino: ¿quién posee su cuerpo? ¿qué es lo que pasa por su mente, y que no entiende ni ve, y qué hace y qué siente y qué piensa, y con quién folla, y con cuántos ha follado?)...Sí, está tan transtornado como poseido por ofuscación...No es de extrañar que no puede realizar ni el acto sexual...Y, por otro lado, alguien les está enviando cintas de video, en las cuáles simplemente se graba el acercamiento hacia su casa, cada vez más cerca...¿Por qué? ¿quién ha realizado esas grabaciones?...Algo extraño está ocurriendo...Pero ¿no sérá en la mente de Fred?...Su música misma, la que compone, es tortuosa y fébril...

En su hogar de penumbras y colores apagados, desvitalizados, dispone de una habitación insonorizada y oscura donde ensaya (invisible para el espectador: cuando se dirige a ella, como si se sumergiera en sus profundidades, es la oscuridad la que domina la 'pantalla', dilátandose el plano, tras que haya 'desaparecido' en ella, como si entraramos en un desgarrón)...Es su caverna platónica, desde la que proyecta su ceguera autista, su aislamiento de la realidad...En esa oscuridad proyecta su mente ciega...Hay un momento en el que le vemos tocar desaforadamente su saxofón, en un concierto, mientras observa a su Renée con un amigo...que él cree su amante...y la banda sonora está dominada por el silencio, no le oímos tocar...En su hogar el sonido adquiere una cuálidad presurizada, como si habitará en una habitación cerrada, en la que cuece sus obnubilados y crispados celos...Comienza a perder los referentes de la realidad...
Empezamos ya a habitar el interior de una mente disociada...Lo imaginario y lo real se confunden...La voz de de su tortuosa conciencia celosa (bajo los inquietantes rasgos de un maquillado Robert Blake cuál trastornado y perverso payaso), puede corporeizarse en una fiesta, en la que Fred de nuevo observa a Renée hablar con ese amigo, y decirle que está en su casa, y que le llame ahí porque él le contestará...y así es, escucha cómo le contesta, cuando le tiene delante suyo...La implosión de los celos ya domina su hogar...Los personajes de su cabeza empiezan a dominar la pantalla de la realidad...Ya no hay diálogo posible, ni siquiera tensión, entre la proyección mental y la realidad.....Esas imágenes grabadas que recibía ya eran un indicativo de esa parte de sí que amenaza su hogar, esa violencia reprimida que comienza, poco a poco, a abrir un boquete en su mente...

Y su despecho celoso lo desata de modo irreversible sobre Renée, matándola, en un acto de barbarie desenfrenada....Ella debía refrendar como imagen especular, como réplica, su orgullo, 'aliviar' su falta de autoestima, en la detentación de una 'exclusividad' sobre ella, y por ende, de una potencia excepcional como ego...Pero esto no basta...Si no podía 'recluirla' en vida, esto es, controlarla, ahora la recluirá, tras matarla, en su propia mente...Una mente prisionera en su celda insonorizada y oscura que efectúa una fuga mental en la que adquirirá otros rasgos físicos, los de Pete (Balthazar Getty), un joven mecánico, que, ironías, posee un fino pido para detectar anomalías em los motores de los coches ajenos...En ese tránsito, en la celda de la prisión donde Fred espera su ejecución, se produce un frenético temblor, un desenfoque, y la entrada en el centro de su organismo ya que es la causa visceral de su instinto de posesión, de ese instinto de reptil que necesita de los otros como reflejo complaciente...Y no, no estamos en otra película...¿Por qué quien está ahora en la celda en vez de Fred es Pete?...Porque ya estamos definitivamente sumergidos en la mente de Fred, en la película que proyecta su mente trastornada que necesita restituir su compulsión de control sobre Renée aúnque ya esté muerta...Necesita restituir en su imaginario aquel 'fuera de campo' del pasado de Renée que no controlaba, como un escozor que no hay manera de aliviar...y esto es lo que vemos ahora, con Fred bajo los rasgos de Pete...No, no es otra película...es que ya habitamos la mente de Fred ajena por completo a lo real...Ya estamos en su película...

Sí, necesita intervenir en el pasado de Renée, que desconocía, con lo cuál está 'película' está investida por los fantasmas de su imaginación...No recrea el pasado de otro, el de Renée, lo crea cuál director de una puesta en escena mental en la que él interviene con otros rasgos como actor...Las primeras imágenes en este imaginario universo de la mente de Fred responden a una negación, a un impulso de huida hacia el refugio inocente de la infancia o adolescencia (aún no quebrada las ilusiones por las decepciones o accidentes de la vida adulta): El despertar de Pete en un jardín rodeado de cubos de niños, y en donde aparecen sus padres, cuya estética, con chamarras de cuero, está investida de un aire juvenil, como si el mundo no hubiera crecido...Y, posteriormente, baila, en una discoteca, con su novia (Natasha Gregson Wagner) en un abrazo armónico, conciliador... Pero los miedos y los deseos, en relación a Renée, brotan enseguida, por cuanto esta proyección mental no tiene otra finalidad sino eliminar a los 'enemigos' hostiles y amenazantes que son los 'otros hombres'...Un ajuste donde no quede competidor alguno, ni siquiera entre los fantasmas de su mente...Así, en este imaginario pasado proyectado, los otros hombres poseen atributos de gangsters peligrosos y violentos, con negocios, no iba a ser menos considerando sus miedos, en la pornografía...

¿Y Renée? Ahora es Alice (en el otro lado del espejo)...Y, claro, es la chica del jefe de los gangsters, cuyo nombre es...Dick Laurent (Robert Loggia)...¿De qué me sonará este nombre?...La primera visión que Pete tiene de Alice, en el taller, cuando Dick traiga el coche para que se lo arregle, refleja el efecto de la fascinación adolescente que pervive en Fred...Maravilla mágica, como canta el tema de Lou Reed que acompaña el momento, un regalo de los dioses que él, y sólo él, debe disfrutar...Es el origen, o representación, de de esa pasión inmadura y adolescente de Fred que entroniza a la mujer como fetiche distintivo, objeto mágico y cuásisagrado...Pero la vida de Alice es una prolongación de ese mundo abyecto en el que ella es una imagen pornográfica (aquello en que convirtió, preso de sus miedos e inseguridades, a Renée en su mente)...
De ahí, la 'condición' de las imágenes que contempla en la casa del hombre que va a asesinar, imágenes de 'comportamientos sexuales perversos y desviados'...No, no hay posible huida a un refugio inocente, cuando su trastorno está en precipitación...En una ocasión, Dick le llama por teléfono, junto a sus padres, y al lado de Dick está su demonio de los celos...en el siguiente contraplano ya no están sus padres...La huida mental de Fred era una condena anunciada en la que no sabe cuándo le van a matar sus propios fantasmas, o dicho de otra manera, cuándo va a volver a 'explotar' porque la mujer que desea, ahora encarnada en Alice, no puede ser sólo suya...Como le dice ella al oído, en ese descampado junto a la cabaña donde habita el demonio de los celos (el proyector, el que grababa aquellas cintas de video), ' nunca seré tuya'...
Sólo queda la violencia como respuesta, la eliminación física en su mente de esos fantásmas hostiles...Y su propia explosión, explicitada en esa cabaña que revierte su explosión...porque no es sino realmente una implosión, dentro de su mente...Ya se ha perdido definitivamente en su trastorno, prisionero en la fractura de su mente...El círculo parece que se cierra cuando, a través del telefonillo de su hogar, 'se comunica' a sí mismo, repitiendo desde otro ángulo (desde 'el otro lado') la secuencia inicial, que 'Dick Laurent ha muerto'...Sólo resta la carrera desenfrenada por la carretera, con su cabeza agitándose como un desquiciado y frenético caos, ya indistinguibles sus rasgos, hacia la oscuridad en precipitación