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jueves, 17 de junio de 2010
Peter Lorre, el rostro animado
El gran Peter Lorre en 'Las manos de Orlac' (1935), de Karl Freund. Peter Lorre ha sido una de las presencias más cautivadoras y entrañables del cine. Aún recuerdo la primera vez que vi 'Agente secreto' (1936), de Alfred Hitchcock, cautivado por la singularidad de este intérprete de físico tan peculiar y sinuosas maneras interpretativas, de mirada palpitante y una aguda voz que parecía mecida entre mareas, en las que suponía gozo añadido cómo combinaba el acento inglés con su originario alemán y el español de su personaje. Lorre había sido otro de tantos alemanes que habían huido del país tras el ascenso al poder de Hitler, y fue Hitchcok, en Inglaterra, quien le dio la primer oportunidad en 'El hombre que sabía demasiado' (1934), cuyo diálogo se aprendió fonéticamente, aunque luego le costará poco aprenderlo. Tras firmar con la Columbia interpretó la citada obra de Freund, pero no quiso encasillarse en este tipo de papel, como aquel con el que había alcanzado notoriedad, el asesino de niños en la extraordinaria 'M, el vampiro de Dusseldorf' (1931), de Fritz Lang (quien le había descubierto en el teatro, en donde solía interpretar más bien papeles de comedia. A partir de 1936, tras firmar con la Fox, interpretó a un personaje, Mr Moto en una serie de obras que mezclaba intriga con comedia, en la que interpretaba a un detective japonés. En 1939 se trasladaría a Estados Unidos, donde firmaría con la Warner, alcanzando notoriedad con sus interpretaciones como secundario en 'El halcón maltés' (1942), de John Huston, 'Casablanca' (1942), de Michael Curtiz, 'Arsénico por compasión' (1944, aunque rodada en 1941), de Frank Capra, Soga de arena' (1948), de William Dieterle, o con brillantes protagonistas como el 'El extraño del tercer piso' (1940), de Boris Ingster, 'La bestia de cinco dedos' (1946), de Robert Florey, o 'La máscara de Dimitrios (1944), de Jean Negulesco (quien luchó para que le dieran el papel, y quien diría de Lorre que era el actor más agradable que había conocido). Interpretó varias obras con Sidney Greenstreet, con el que había coincido en la obra de Huston, como en 'Tres extraños' (1946), de Jean Negulesco o 'The verdict' (1946), de Don Siegel. En 1951, en Alemania, dirigiría su única, esplendida y turbadora obra 'El hombre perdido', que no tuvo demasiado éxito. En los 50 por su singularidad como actor y por su físico hasta llegaría a convertirse en dibujo animado, por ejemplo, con Bugs Bunny, siendo su película más destacada en esta década, la excelente '20000 leguas de viaje submarino' (1954), de Richard Fleischer. En los 60 se unió a Price, Karloff o Rathbone en la serie de películas de terror de la AIP, dirigidas por Roger Corman, siendo la más brillante 'La comedia de los terrores' (1964), de Jacques Tourneur. Moriría este mismo año durante el rodaje de 'Jerry Calamidad' de Jerry Lewis.
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