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domingo, 3 de enero de 2010

Un héroe muy discreto

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La Historia está tramada por la versión oficial, por las conveniencias que los que la determinan, del mismo modo que muchas historias individuales se entretejen sobre la conveniente versión de nosotros mismos. O somos como nos presentamos a los demás. 'Un héroe muy discreto' ironiza sobre ambas cuestiones entrelazadas. Albert (Matthieu Kassovitz) tras una frustrada vida en un pueblo de Francia durante la segunda guerra mundial, bajo el peso de una realidad decepcionante, pues la versión de la muerte de su padre según su madre tuvo lugar tras un acto heroico en la primera guerra mundial, pero la de la gente del pueblo es que fue por cirrosis, y su temerosa reticencia a colaborar con la resistencia frente a los alemanes. Cuando finaliza la guerra decide romper con todo, incluso abandonando a su esposa, y se fuga a Paris. Tras su contacto casual con un importante, y sombrío, cabecilla de la resistencia, 'El capitán' (Albert Dupontel), mientras pide dinero bajo la lluvia a la entrada de un club, decide poner en marcha una 'representación'. Se construirá una nueva identidad, y nada menos, tras realizar un ímprobo trabajo de documentación, que la de una importante figura de la resistencia. Y todos le creen, porque somos como nos presentamos, y las relaciones se establecen sobre la mentira y la conveniencia, y nadie quiere negar que conoció a alguien tan importante. Albert escalará posiciones en la jerarquía militar, otorgándosele cada vez mayores responsabilidades. Audiard juega con la construcción del relato, ironizando sobre la mentira y la representación, ya desde sus primeras imágenes en las que juega con la idea del falso documental,entrevistando al propio Albert ( bajo los rasgos de Jean Louis Trintignan) décadas después, e intervenciones de otros que le conocieron. E intercalando, incluso, las intervenciones de los músicos que interpretan la banda sonora compuesta por Alexandre Desplat. Una vivaz deconstrucción de la realidad como artificio e invención. E ironía última es cuando aparezca en su vida el amor, el sentimiento verdadero, cuando esa meticulosa representación verá descubierta su escenario.

'Un héroe muy discreto' (1996) es la segunda obra de Jacques Audiard, de quien, en los próximos meses, se estrenará 'Un prophet', una de la obras que más admiración causó el año pasado desde su estreno en Cannes. Audiard, siguiendo la estela de Bertrand Tavernier, pone en cuestión la versión oficial de su país, y como se camuflan las miserias cuando se ha convertido en vencedor y por lo tanto puede manipular la versión de la historia omitiendo los episodios sangrantes. El juego de representaciones alcanza un irreverente tono donde la visión poliédrica en distintas direcciones pone en evidencia la impostura de las construcciones de realidad.

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