Valentina Cortese y Robert Wise durante una pausa de rodaje de 'La casa de la colina' (1951). Aunque el talento de Wise brille en algunas secuencias, este relato de intriga, de ciertas resonancias góticas (más de fondo que de forma) no logra aprovechar el sugestivo planteamiento de una mujer que suplanta una identidad, tras sufrir las penalidades de un campo de concentración, para convertirse en la heredera de una gran fortuna, y que en un momento dado sospecha de las intenciones de su marido, si desea matarla o no. Una mujer que no es quien dice ser se encuentra sospechando que quiza su marido no es cómo parece ser. Un material de evidentes vínculos con el cine de Hitchcock, de 'Rebeca' a 'Sospecha', pero sin la complejidad de éstas en su reflexión sobre las proyecciones y las equívocas apariencias. Destacan, al menos, ciertas secuencias de inquietante atmósfera, y la fuerza de ciertos decorados.
Mis preferencias en la obra de Robert Wise: 'La casa encantada' (1963), 'Apuestas contra el mañana' (1959), 'Nadie puede vencerme' (1949), 'El Yangtsé en llamas' (1965) y 'Ultimatum a la tierra' (1951). Aunque se hace necesario resaltar notables o interesantes obras como 'Nacida para el mal' (1947), 'Sangre en la luna' (1948), 'The captive city' (1952), 'Cualquier dia en cualquier esquina' (1962), 'Entre dos juramentos' (1950), 'El ladrón de cadáveres' (1945), 'La torre de los ambiciosos' (1954), 'Mujeres culpables' (1957) o 'Torpedo' (1958), entre otras.
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