Richard Fleischer y George C Scott en una pausa de rodaje de 'Fuga sin fin' (The last run, 1971), un vigoroso y admirable thriller, entre lo solar y lo melancólico, en el que Fleischer aplicó su sabiduria y precisión narrativa, jugando de modo proverbial con lo implícito. Garmes (Scott) es Un extraño en tierra extraña, que siente no pertenece a ninguna parte, que retorna al trabajo. Aunque lleve ya nueve años retirado, acepta un nuevo encargo, conducir a un fugado, Ricard (Tony Musante) al destino indicado. Este retorno es su forma de afirmarse, de sentir que domina la vida, de afirmarse en lo que es, en lo que vale.Fleischer demuestra su poderoso dominio de las composiciones, cómo crear tensión con ellas, y con una narrativa concisa, seca, como un engranaje fluido, y en donde la solar iluminación refleja esa irreductible afirmación vital de Garmes, aunque su destino puede que le conduzca a su última carrera.
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