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jueves, 24 de marzo de 2011

Mirrors - Javier Navarrete Soundtrack


Ahora que se estrena 'Piraña 3D' (2010), de Alexandre Aja, de la cual prefiero sólo comentar que ojalá no la hubiera sufrido, digo, visto, es más estimulante recordar la esplendida banda sonora de Javier Navarrete para la anterior obra de Aja, 'Reflejos' (2008), irregular, pero no exenta de momentos brillantes, sobre todo en su primer tramo.

A veces, los espejos crean monstruos. O, más bien, cómo nos vemos en ellos. Ben (Kiefer Sutherland) se siente ‘quemado’. Su vida se quebró tras matar accidentalmente a otro agente de policía un año atrás, y aún no lo ha superado. Perdió el puesto, se resintió su matrimonio, que intenta recomponer, y recurre a los medicamentos para no recaer en la bebida. El lugar donde encuentra trabajo como guarda de seguridad está en consonancia con su espacio interior. Un centro comercial, que ardió cinco años atrás, donde sólo quedaron ilesos los espejos. Y parecen tener vida propia. ¿O esas visiones son fruto de su mente desquiciada?
No deja de ser significativo que las primeras visiones que sufra Ben sean de gente ardiendo, incluso él mismo, y de huellas de manos en el espejo. Como esos maniquíes quemados, sombras siniestras que Aja ya utilizaba en ‘Las colinas tienen ojos’, ha perdido las huellas de su identidad. Es una sombra de lo que fue. Necesita restituir su imagen dañada.

Y qué mejor ‘espejo’ al que confrontarse que los restos calcinados de un espacio que simbolizaba la prosperidad, y, además, que se llame Mayflower amplia su alcance emblemático. Por eso, la clave del enigma está en los sótanos del edificio, como en los de su mente está el problema por resolver. En su primera visión, esa puerta se cierra en el espejo tras que él descienda. ¿Un indicio de que lo que después acaece no es real, como su incierto final insinúa? Lo que sí es palpablemente cierto es cómo Aja sabe dar cuerpo al lóbrego decorado para crear una perturbadora atmósfera, sosteniéndose en su dominio de las texturas inquietantes, y en una afinada modulación del tempo que va cargando de tensión la narración, acorde con la desestabilización de las certidumbres de Ben.

Sólo al final, cuando las piezas del puzzle se ordenan, se resienten sus engranajes. La narración pierde cohesión, su rugosidad expresiva se hace más epidérmica, y los resortes dramáticos se revelan menos sutiles. No desluce, pero algo emborrona esta tenebrosa vuelta de tuerca sobre cómo los fantasmas de nuestra mente pueden distorsionar la percepción de la realidad. O quizás ésta no sea más que un espejo donde buscamos reconocernos.

Crítica publicada en Octubre, en el número 16 de la revista de Cahiers du cinema

‎'Reflejos' (Mirrors, 2008), de Alexandre Aja, es un remake de 'El otro lado del espejo' (2003), del coreano Kim Seong ho.

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