Homenaje a Michael Gough

Aún con un día de retraso no me olvido de homenajear a otra de esas imponentes presencias que ha dado el cine británico, Michael Gough, fallecido a los 94 años. Inolvidable como Harker en 'Drácula' (1958), de Terence Fsher, o su practicante entusiasta del asesinato como una de las bellas artes en esa curiosa obra, aunque no tan turbadora como podría haber sido, que es 'Horror en el museo negro' (1959), de Arthur Crabtree, o como Alfred, su personaje más popular, en la serie de obras de Batman desde la primera realizada por Tim Burton en 1989, con quien ha colaborado en 'Sleepy hollow' o con su voz en 'La novia cadáver' (2005) y 'Alicia en el país de las maravillas' (2010). También hay que recordarle como uno de los empresarios de la estupenda 'El hombre del traje blanco' (1951), o entre otras, sus participaciones en la esplendida 'Los niños del Brasil' (1978), 'El fantasma de la opera' (1962), de Terence Fisher, 'La maldición de la calavera' (1965) de Freddie Francis, 'Ricardo III' (1955), de Laurence Olivier, 'La edad de la inocencia' (1993), 'The small black room' (1949) de Michael Powell y Emeric Pressburger, 'El mensajero' (1970), de Joseph Losey, 'Memorias de Africa' (1985), de Sidney Pollack o 'El cuarto protocolo' (1987), de John Mckenzie.