Kenji Mizoguchi observa cómo el calígrafo cómo escribe en la espalda de Eitaro Ozawa, uno de los protagonistas masculinos de 'Cuentos de la luna pálida' (Ugetsu monogatari, 1953), bellísima obra que transita desde la muerte, que es no aprecio por lo que es la vida, hacia la celebración del discernimiento, para lo que ha sido necesario tomar consciencia de las aciagas consecuencias de unos 'fantasmas', los de la ambición. Porque es lo que ciega a los dos protagonistas, y lo que determinará la desgracia de sus dos esposas. La obra conjuga con armonía lo descarnado con el lirismo. Y lo primero se hace más intenso, porque rehuye el énfasis.
Pensé en esta película esta tarde, no puedo creer que ahora la vea por aaquí reflejada :)
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