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viernes, 11 de noviembre de 2011
Bob Hoskins, la nobleza del talento
Hace unas semanas, el 26 de octubre, un gran actor inglés cumplía 69 años, Bob Hoskins. Seguramente no imaginaba que aquel día, a finales de los 60, en que fue a tomar unas cervezas en un pub, alguien se le acercaría ofreciéndole participar en una audición para una obra de teatro que había en el piso de arriba, y supondría el inicio de una admirable carrera como actor. Tampoco imaginaría cuando le propusieron protgonizar 'Mona Lisa' (1986), de Neil Jordan, que su intepretación alzanzaría tanta repercusión y notoriedad, admirado y premiado. Y que un actor con sus atributos físicos, no los que se consideran los de un galan, o el usual protagonista masculino, dispondría de la oportunidad de interpretar obras de gran escala de producción, como '¿Quién engañó a Roger Rabbitt?' (1988), de Robert Zemeckis ( y algunas más olvidables como 'Super Mario bros', que considera su mayor error), como darle la opción de poder escoger papeles aún más suculentos, aunque fueran en obras con escasa difusión, como la esplendida y áspera 'La solitaria pasión de Judith Hearne' (1988), de Jack Clayton, y hasta de poder dirigir como la muy sugerente 'El enigma del hechicero' (1988). No es que antes de la obra de Jordan no hubiera disfrutado de reconocimiento, o buenos papeles, caso, sobre todo, de 'El largo viernes santo' (1980), de John Mckenzie, y su participación en 'Cotton club' (1984), de Francis Coppola o 'Brazil' (1985) de Terry Gilliam, pero supondría todo un punto y aparte. Desde los 90 ha participado en algún éxito popular como 'Sirenas' (1990), de Richard Benjamin o 'Hook' (1991), de Steven Spielberg, pero fue en 1999 cuando le llegó otra gran oportunidad, unos de esos grandes personajes con el que demostró su gran talento, dotando de matices, con una creación memorable, a un complicado y complejo personaje, el asesino traumatizado de la estupenda 'El viaje de Felicia' (1999), de Atom Egoyan. Sus participaciones más destacadas en la última década han sido en 'Mrs Henderson presenta' (2005), de Stephen Frears y en la reivindicable 'Stay' (2005), de Marc Forster. La aristocracia de un talento que hasta ha sido retratado, como muestra en la fotografía, por un aristócrata, Lord Snowdon.
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