Judy Garland y Liza Minelli, madre e hija, fotografiadas por Terry O'Neill en Londres en 1963. La replegada mirada de la pesadumbre, de un tiempo ya agotado, de la erosión del dolor, de la inminencia de un fin irrevocable. Y la mirada radiante de la ilusión, pletórica de luz, de un horizonte de posibles, de un tiempo aún en gestación.
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