Jean Seberg, un rostro que es luz y es bañado por la luz, la de lámpara, la de la ventana, que danzan con la de su mirada, la de su piel. Un gesto que quizás se estira o quizás se repliega, un gesto casual, sorprendido, la respiración del tiempo, de lo efímero captado, la eternidad en un instante (o quizás su sueño).
La he visto en pocas películas, pero siempre me acuerdo de tu recomendación y lo que me gustó "Lilith".
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