Translate

martes, 30 de julio de 2013

Luther

 photo e41003924dfd49a8b05f4e4d98f27e54_zpse79596fb.jpg Luther (Idris Elba) nos era presentado en la primera temporada de 'Luther', creada por Neil Cross, como alguien que difícilmente conseguía mantener el equilibrio en su labor como policía. Suspendido sobre el vacío, sostenía a un criminal, un pedófilo, sostenía los difusos límites de la ley y la justicia, intentando discernir entre la ofuscación de una excesiva empatía y el ejercicio de una acción justa que no equipare con lo que representa aquel que se combate, los abismos de la abyección. Dejar caer en el vacío a aquel criminal podía también suponer superar un horror que ya abrumaba demasiado. Pero también podía implicar, simbólicamente, caer en el vacío con él. No hay superación sino en la resistencia, en saber morder las entrañas para no escupir la bilis de la desesperación, de la impotencia, ante un horror que nunca cesará. En esa temporada establecía un singular, y memorable, vínculo con una psicópata con nombre de personaje que cruza el espejo, porque al fin y al cabo ella vive en el otro lado.  photo OIR_resizeraspx7_zps53fd214a.jpg  photo OIR_resizeraspx_zps2933ffc0.jpg Alice (Ruth Wilson) carece de ese peso que atenaza las entrañas de Luther, que parece ir encorvado por el peso del mundo, con las manos encajadas en el bolsillo como si fueran un ancla, con el gesto apesadumbrado, exhausto, como una máscara doliente cuyos rasgos se derritieran, de tanta desolación, y tanta crueldad que pugna por encajar en sus entrañas. Para ella no hay compasíón, no hay remordimientos, no hay dolor. Alice se convertía en su contrapunto, en su contrapeso, en lo que no debía convertirse, y en quien como reflejo le liberaba. Encarnaba la conciliación con lo siniestro, la alianza con la sombra que no podía permitir que se desplegara dentro de él, y se convirtiera en juez, jurado y verdugo de los criminales. En la segunda temporada Luther se enfrentaba a la gratuidad, al ejercicio de la crueldad que se realiza indiscriminadamente, por capricho, por el placer de ejercer la destrucción. El caos desnudo. En esta tercera temporada Luther se enfrenta, en primer lugar, con la inevitabilidad, la reproducción sin fin de un horror, porque es manifestación intrínseca del ser humano, inherente a la vida, irreparable, a través de un asesino en serie que sigue los pasos de su maestro, otro asesino en serie: los traumas generan adicción, sufrir daño impulsa a infligir daño, el ciclo de la vida, o de la destrucción en la vida. El dolor se devuelve ejerciendo también daño. Reflejos siniestros.  photo OIR_resizeraspx6_zps10964522.jpg  photo OIR_resizeraspx9_zps80455c3b.jpg Pero quien ha sido víctima puede convertirse además de en el monstruo que le aterrorizó, en juez, jurado y verdugo. Como será el caso del otro reflejo siniestro (el aullido desesperado de la víctima) con el que se enfrenta, o confronto, el de un asesino que justifica sus actos en el ejercicio de una justicia que la ley no cumple porque no deja de liberar prontamente a criminales. El, que sufrió la pérdida de su esposa a manos de un violador, se arroga el derecho, cual cruzado o divinidad, de ejercer la violencia como ajusticiamiento. Es una tentación ser el juez que llene el vacío o los agujeros de un falible o impreciso sistema institucional. Un actitud que encontrará un refrendo popular, la corroboración en un sentir colectivo que ansía la retribución, el instinto de la jauría humana que encuentra en 'el asesino Cruzado' la espita de liberación a la satisfacción primaria del ojo por ojo (la secuencia en la que jalean el ahorcamiento de uno de los criminales; cómo golpean a Luther cuando intenta sostener el cuerpo suspendido del ahorcado para salvarle).  photo OIR_resizeraspx3_zpsce4eb3b4.jpg  photo OIR_resizeraspx4_zpsc99f7a6a.jpg Hay otras dos líneas paralelas en el recorrido dramático de esta tercera temporada, compuesta de cuatro capítulos. Por un lado, el acoso y derribo al que someten a Luther dos policías, Erin (Nikki Amuka Bird) y Stark (David O'Hara) que están convencidos de que Luther, precisamente, ejerce la ley a capricho, lo que implica que también se convierte en verdugo cuando lo considere necesario, o realice la omisión que crea conveniente. Incluso, su compañero Justin (Warren Brown) dudará, hasta que comprenda que Luther también puede ser, simplemente, falible. La otra línea es la relación que intenta establecer con Mary (Sienna Guillory). Ya el hecho de que se conozcan cuando sus coches colisionan, anticipa cómo su relación será una sucesión de colisiones, en la que interfieren Erin y Stark (porque saben que es su flanco débil).  photo OIR_resizeraspx2_zpsabe1b1b6.jpg La aparición en el cuarto episodio de Alice, es la constatación de una excepcional alquimia, la que se produce entre estos dos personajes, una combinación, rasgo de distinción de esta espléndida serie, que convierte en pieza magistral este episodio. La densidad encorvada, la gravedad casi espectral, de figura doliente, se ilumina con la mordacidad desapegada, cual niña traviesa, de Alice. También es significativa la 'aparición' de Alice, primero por cómo se realiza, cual figura fantástica en una situación que parece onírica de lo anómala, o excesiva, que es, y segundo, por el momento en que tiene lugar, cuando Luther ha descendido a las desoladas simas que son calabozo, cuando ya parece derrotado por los dos extremos, la ceguera inflexible de la ley y lo siniestro que ya se arroga la condición, como Cruzado con misión divina, de aplicación de lo justo: los dos extremos ya se confunden, la corrupción se propaga a través de lo presuntamente virtuoso difuminando límites. Los reflejos parece haberle capturado. Luther ya se convierte en anima en pena, cautivo en las sombras por la obtusa luz de la ley que parece haber cegado ya irremisiblemente a aquellos que le ven como un justiciero sin escrúpulos. La aparición de Alice es la liberación de la falaz luz por las tinieblas.

4 comentarios:

  1. Inmensos Idris Elba y resto de equipo en esta inconmensurable serie para la que no tengo palabras; afortunadamente, aquí estaba usted para dar forma literaria, casi inmejorable, a mis sensaciones. ¡Gracias!
    Rogaría encarecidamente el disfrute en versión original. Como siempre, por otra parte. Y es que aunque en algunas ocasiones la diferencia no sea significativa, aquí es vital.

    ResponderEliminar
  2. Completamente de acuerdo. Así la he visto, como así hago con todas las series y películas. Pero, además, como muy bien señalas, hay casos, como este, en los que es más que necesario verla en versión orginal. ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
  3. Mi ruego era para el público en general; naturalmente, daba por hecho que usted disfrutaba de las versiones originales. Ciertamente que en subproductos, casi da lo mismo. Aunque, ¿para qué ver subproductos? ¡Ja, ja, ja! Cuando llevas mucho tiempo escuchando inglés en las películas y series, te aficionas a discernir el acento británico dentro de una serie norteamericana y viceversa. Y dentro de por ejemplo, lo británico, tratar de identificar lo escocés, irlandés... recuerdo que cuando ví por vez primera "Life on Mars", me hacía mucha gracia que los protagonistas -la historia se desarrollaba en Manchester, a unos 50 kilómetros de Liverpool- hablaran como los Beatles, especialmente la policia femenina. Ya sé que esto son minucias para el 90% del público, pero lo realmente importante en el caso que nos ocupa -"Luther"- es que el hablar cansino y arrastrado del protagonista que denota tan bien su estado de ánimo, se pierde con ese doblaje rutinario, que además, no es ni de lejos, de los mejores. Ya sabe usted que hay series impecablemente dobladas -mal menor- como "El ala oeste de la Casa Blanca" y otras, pero también desastres como esas maravillas que son "A dos metros bajo tierra" o "The Wire". Y es que la época de oro del doblaje en España, abarcó desde los añoa 50 hasta finales de los 80 más o menos y hace ya más de dos décadas que esto se ha ido adocenando de forma alarmante.
    ¡Un saludo!

    ResponderEliminar
  4. Cierto. Hay una diferencia abismal en la calidad del doblaje entre los periodos que señalas. Hasta tengo una conexión muy especial con las voces de aquellos primeros doblajes, porque me retrotrae a mi infancia. Si no recuerdo mal, al principio, los hacian de un tiron como una representación teatral. Como otra conexión con aquel magnífico doblaje de los 70, cuando empecé a ir al cine. De casi ninguna serie he oído sus doblajes. De pasada, recuerdo que escuché el de 'Fringe' y casi encanezco.

    ResponderEliminar