Este es un universo
arbitrario. Una vez por cada luna azul las cosas salen bien. Como ahora.
Alguien inició una guerra y ustedes son el opuesto exacto de daño colateral.
La aleatoriedad, el impredecible curso de los acontecimientos, la imprevista
intrusión de un factor desconocido en la ecuación (familiar). Con Luna azul (Blatt & Rios), su
veinticuatro novela protagonizada por Jack Reacher, Lee Child se aproxima, más
que nunca, al mundo de los hermanos Coen, en particular Sangre fácil (1985), Quemar
después de leer (2008) o Muerte
entre las flores (1990). Equívocos, engañosas apariencias, cruces
imprevisibles, percepciones y deducciones erróneas. La luna azul es la segunda
luna llena que acontece durante uno o dos meses durante el año, o la cuarta en
un trimestre. Una anomalía. El término proviene de la palabra blue, azul en
inglés, que se estableció en la década de los cuarenta, pero es una distorsión
de su término original, belewe, asociada con la concepción de traición, por
desajustar el orden o la ecuación de la cuaresma. Reacher es una luna azul en
cualquier escenario fijado sobre una ecuación de costumbres o rutinas. Es un
comodín, una figura errante sin lugar preciso, una figura escurridiza. Una
anomalía en esta sociedad definida por una circulación definida por el programa
y el control. Reacher se mueve en los resquicios. Ni trabajo ni hogar, siempre inquieto. Siempre en movimiento. Sola la
ropa que llevaba puesta. Ningún lugar particular al que ir, y todo el tiempo
del mundo para llegar allí. A algunas personas les resultaba difícil de
entender. Reacher irrumpe, como un viajero más en un autobús, en una ciudad
que puede ser una de muchas otras en cierta zona de Estados Unidos. Reacher había visto todo tipo de ciudades,
por todo Estados Unidos, este, oeste, norte, sur, todo tipo de dimensiones y
épocas y condiciones actuales. Conocía sus ritmos y gramáticas. Conocía la
historia horneada en esos ladrillos. La manzana en la que estaba era uno de
otros cien mil lugares como ese al oeste del Mississippi. Se produce un
cruce. Casualidad. Pero la voluntad entra en juego. O según la actitud y
perspectiva de Reacher, la amabilidad de
los desconocidos hace girar el mundo. Y decide ayudar a quien no conoce,
una pareja de ancianos atrapados en una maraña de préstamos y deudas con la
mafia albanesa, los cuáles se disputan el poder de la zona con la mafia
ucraniana. Un escenario de rivalidades delineado con precisión para quienes
actúan en ese escenario establecido de acuerdo a una trama de negociaciones,
engaños y estrategias. Una constante en el ser humano, se funcione de acuerdo a
la ley o en sus márgenes. Reacher entra en escena para desmontar un escenario.
Catalizador de la oscuridad del ser humano, es una paradoja, se inspira en la
amabilidad pero despliega, como herramienta, la misma fuerza oscura de la
violencia. Se consideraba un hombre moderno,
nacido en el siglo XX, viviendo en el XXI, pero sabía también que tenía en la
cabeza una especie de portal abierto, un agujero de gusano al pasado primitivo
de la humanidad, donde durante millones de años cualquier cosa viviente podía
ser un depredador, o un rival, y por lo tanto tenía que ser evaluado y juzgado,
de manera instantánea, y precisa. ¿Quién era el animal superior? ¿Quién se iba a
someter? La ecuación inmutable desde el principio de los tiempos. Es lo que
somos.
Su irrupción no es contemplada como factor, por lo tanto el encadenamiento de hechos suscita deducciones erróneas tanto en los albaneses como los ucranianos. Ni en Sangre fácil ni en Quemar después de leer, los personajes lograban disponer de una visión precisa de conjunto. En ningún momento sabía qué estaba pasando, cada uno haciéndose una falsa idea de lo que ocurría, todos con una perspectiva errónea sobre los demás o sobre los hechos. Albaneses y ucranianos creen estar inmersos en una partida de ajedrez, en la que sí se juega de modo atolondrado las piezas, se puede convertir en una guerra a cámara lenta. No saben que los dos primeros muertos son obra de Reacher, con lo cual comienza una contabilización, a medida que aumentan las víctimas, que presupone intencionalidad por parte de su rival. Piensan que el otro quiere quedar por encima (con menos víctimas), pero también que quizá, a la inversa, como gesto sacrificial quiera quedarse por abajo. Cuando comienzan a considerar que la película que tienen en mente no se ajusta a la realidad, y todo no parte de una estrategia intencional de su contrincante, especulan sobre si serán los rusos, o quizá alguna de las agencias gubernamentales, quienes estén detrás de los hechos cuyo propósito no comprenden. Reacher, en cierto grado, actúa como Tom Regan en Muerte entre las flores, entre dos bandas rivales. Pero aún más, dada su condición de factor desconocido, Reacher, para ellos, es una sombra escurridiza que convierten en pantalla de especulaciones.
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