Translate
martes, 6 de agosto de 2013
Orphan black
Huyes de tu vida y te encuentras en la estación de tren con tu réplica exacta. Te has desprendido de casi todo, para reiniciar tu vida, y te encuentras con que tu reflejo en el espejo se desprende de su calzado, deja sus pertenencias en el suelo y se lanza a las vías cuando pasa un tren. Tu vida ha caído en barrena, como si te suicidaras lentamente, pero el instinto de supervivencia prima, y ya que eres ladrona y timadora, decides robar el bolso a quien era tu réplica. Quizás puedas robar su identidad, por lo menos, quizá algo de su dinero. Pero Sarah Manning (Tatiana Malsany) se encontrará con una sucesión de sorpresas. Primero, la fallecida, Beth era su otro lado, una policía. Segundo, no podrá robar una identidad porque resulta que quizá haya otras siete cuando menos como ellas. ¿Quién es?. Quieres huir, buscar otra vida, y te encuentras con un amplio espectro de posibilidades, aunque esas vidas están ocupadas por otras. Las que siguen vivas, porque parece que haya quien está interesado en asesinar a quienes no son sino clones. Averiguar por qué implicará saber por qué son clones, quiénes les han creado, y con qué motivo.
'Orphan black' (2012), creada por John Fawcett y Graeme Manson, es una muy sugerente produción televisiva canadiense, que consta de diez episodios de 45 minutos La ciencia ficción se conjuga con la acción, con el thriller, como aúna eficazmente el apunte siniestro, descarnado (la relevancia que se la da a la corporalidad), con el ritmo vibrante, vigoroso, y el eficaz dibujo de personajes. Hay que elogiar la magnífica labor de Tatiana Malsany capaz de matizar cada uno de los clones dotándoles de una marcada personalidad, no sólo por sus vestimentas, sino por su forma de moverse, hablar o mirar.
Sarah, que buscaba desaparecer para recomponer si era posible una vida rota ( y poder recuperar a a su hija de siete años, por la que aún pugna por poder mantener) se encuentra enfrentada a un enigma, el de sus raíces, en un presente incierto en el que se le presentan diversas formas de vida o de ser, o de variadas procedencias, con su propio rostro. Otras posibles vidas. Una bióloga de cabellos con rastas, gafas, que realiza su tesis, en Estados Unidos; una compatriota que parece su opuesto, una 'soccer girl', siempre con ropas deportivas, de vida convencional de clase media alta, madre de familia (adoptada), que poco tiene que ver con ella y su vida periférica, desastrada, con estética entre lo punk y lo siniestro; una rubia trastornada ucraniana que se cree enviada en una cruzada religiosa, y que se autoinflinge daños corporales con cuchillas (su espalda es un semillero de heridas, como de alas cortadas).
Hay otros personajes sobre los que pesa la ambigüedad de cuáles son sus intenciones, o su real papel en una enmarañada trama de conspiraciones y enfrentamientos entre facciones, como Paul (Dylan Bruce), y Art (Kevin Hanchard), el antiguo novio y el compañero policía, respectivamente, de Beth. Porque otro detalle que amplia la incertidumbre de la vida de cada una de las clones es que hay alguien que monitoriza, como observador u observadora, sus vidas, y no saben quién puede ser, quizá una amistad, quizá incluso la pareja. La realidad se convierte en una intemperie en donde las certezas se desvanecen, una realidad a descifrar, en el que, del mismo modo, que se diversifica el rostro de Sarah, los otros rostros, alrededor, se convierten en enigmas, esfinges que hay que desentrañar. Interrogantes que se mantienen suspendidas mientras la acción se sucede de un modo vertiginoso.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario