Pasteur, Zola, Ehrlich, Reuter: Biopics de William Dieterle para la Warner

Entre la década de los 30 y de los 40 tuvo auge la producción de biopics (películas biográficas), en especial en la Warner. Fue el éxito de la espléndida 'La trágica historia de Louis Pasteur' (1935), de William Dieterle, que además supuso el Oscar al mejor actor para Paul Muni, la que posibilitó que la Warner adquiriera la vitola de producir 'películas de prestigio', en vez de ser identificada, como hasta entonces, por sus dramas criminales. El éxito, como era de esperar, determinó que los biopics se convirtieran en prioridad en su línea de producción. Y, para lograr la misma jugada triunfal, que fuera el mismo director, William Dieterle, aunque comentó este, 'en la Warner en el momento que tenías éxito te encargaban algo terrible para que no se te hinchara el pecho como un pavo'. Dos años después, Dieterle dirigiría a Muni en 'La vida de Emile Zola' (1937), que ganaría el Oscar a la mejor película. Y en 1939, 'Juarez' supondría la tercera colaboración con Muni, en una obra que pone en interrogante las mismas coordenadas del biopic, ya que el personaje del título no se puede decir que sea el central o principal en la trama, ya que adquiere aún más relevancia el personaje de Maximiliano (Brian Aherne), irónico dado que Muni propició que se ampliaran los parlamentos de su personaje (cuando en el guión de Huston era más bien un personaje parco en palabras). En 1940 Dieterle dirigiría dos biopics, dentro de las coordenadas más ortodoxas de este particular subgénero, como la obra que había realizado sobre Pasteur. Dos obras protagonizadas por Edward G Robinson, 'La bala mágica del Dr Ehrlich' y 'Un despacho de Reuter', sobre dos personajes que propiciaron un gran avance en su campo, y que supusieron grandes mejoras para la sociedad (en la salud y en la comunicación). Dos obras muy desconocidas, pero excelentes, sobre todo la primera, entre lo más sobresaliente de la obra de Dieterle.