Lo sublime. Terence Davies nos hace recordar cómo aún es posible experimentarlo. Este cineasta excepcional, singular cruce, como Malick, entre Ford y Tarkovski, y con una de las flmografías más asombrosas y conmovedoras que ha dado el cine, creó este prodigio,'Of time and the city' (2008), una experiencia indescriptible. Como ejemplo este fragmento con músca Gheorge Popescu-Branesti.
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