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lunes, 1 de agosto de 2011
Stylish blogger award
Agradezco muchísimo al juez Roy Bean ( o Ramón) que me ha concedido este premio desde su estimulante blog 'Ganarse un acre'. Todo un privilegio y honor que lo califique de 'moumental blog, por su cantidad y excelente material fotográfico , por la calidad y elaboración de sus textos'. Emocionan estos detalles que son afectuoso reconocimiento.
Este es un premio 'vírico', o dicho de otro modo, como tipo caida fichas de dominó. O como pasar un testigo. Tengo que destacar otros siete blogs y conceder el mismo premio. Y, por añadidura, relatar siete anécdotas relacionadas con el cine ( o con mi vivencia del cine).
1. El hechizo de 'incursión clandestina' de mis visionados nocturnos cuando niño, sentado en el suelo, cubierto con una manta, tras que mis padres hubieran venido a avisarme a la cama de que la película comenzaba, sin que se enterara mi hermano pequeño. Aún recuerdo cómo me impactó aquel final de 'El robo al banco de Inglaterra' y,claro, la que sigue siendo mi preferida desde entonces '¡Qué verde era mi valle!'. No sé si fue en alguna de aquellas incursiones, pero me dejó buena 'huella' de terrores nocturnos durante años la visión ( nunca mejor dicho) de 'Nosferatu' de Murnau.
2. El cautivante también aire clandestino de las incursiones a las proyecciones cinematográficas en el rígido colegio (desde entonces tengo una notoria tirria a los uniformes y a las corbatas, que no te diejaban quitártela aunque hiciera 40 grados) que dejé tras morir el dictador. Había que recorrer sinuosos pasillos, de luz amortiguada, flanqueados por desvencijados muebles apilados. Lo sorprendente, dado que estuve en este colegio hasta los 11 años, es que las películas no fueran precisamente 'suavecitas', caso de la opera prima de Sidney Pollack, 'La vida vale más', en la que Sidney Poitier intenta por teléfono evitar que Anne Bancroft se suicide, o de la última que vi antes de abandonar este colegio, la inmensa 'La venganza de Ulzana' de Aldrich.
3. El cine club Fas en Bilbao, desde que tuve 18 años, fue una buena escuela por sus cineforums, aunque no todas fueran voces doctas. Cuando realicé mi única presentación, al de años, de una de mis obras preferidas, 'En la ciudad blanca' (1983), de Alain Tanner, tras mis digresiones sobre el tiempo, o sobre las diferentes formas de habitar y vivir el tiempo, me encontré con la alucinatoria intervención de uno de los presentes que refirió su 'otra' vivencia fuera del tiempo ordinario (habitual convencional) al estar ¡quince minutos! sin reloj en la playa de Pedernales. Anécdota complementaria entrañable cuando tenía 19 años: Volver de conmoverme una vez más en una sesión del cine club ( eran cada lunes) con 'El hombre elefante', y encontrarme con que mi padre había escuchado mis peticiones y había traido un lindo gatito.
4. Situación surreal alucinatoria en el primer festival de San Sebastian, al que acudí 3 día con 21 años. Tras salir sobrecogido, en estado de levitación, de ver una joya británica llamada 'Zina' (1985), de Ken McMullen, con Ian McKellen y Domiziana Giordano, de reminiscencias tarkovskianas, que relataba los conflictos o escisiones y fisuras emocionales de la hija de Trotski, en la calle ,en el bulevar, me encuentro con uno de tantos enfrentamientos entre policías y manifestantes 'borrokas'. Y yo paseando con la psicodélica 'Visita a Goldenholm', de Ernst Junger, en las manos. Pocos años después, la presencia en el festival sería recurrente, ya con la revista Solaris que dirigía, entrevistando a cineastas como Keith McNally, que había presentado una gran película, 'El fin de la noche', o Ken Loach con su 'Agenda oculta'. Y poder admirar de cerca a Grandes actores como Glenn Ford o Robert Mitchum.
5.El orgullo de ser testigo de cómo había conmovido y conmocionado la inmensa 'Trilogy', de Terence Davies, el año en el que trabajé en el festival de cortos y documentales de Bilbao, tras habérsela recomendado al director ( la había podido admirar previamente en un festival de Barcelona).
6. La expresión de algunas alumnas asombradas con cierta sublime secuencia de 'Breve encuentro' de Lean, aquella en la que con un primer plano muestra el instante en que ella se queda cautivada con él escuchándole hablando apasionado con su trabajo de médico. 'Qué real' es lo que dijeron tras acabar la proyección de ese fragmento. O el silencio embargado con el que se quedaron tras ponerles el momento catártico (el pasaje de quince minutos) de la prodigiosa 'El dulce porvenir' de Egoyan.
7. La satisfacción y orgullo de ver publicados ciertos artículos como el de la 'trilogía alemana' de Visconti, sobre las realidades, ilusiones y otras mentiras en el cine de Fellini, sobre Madame De... de Ophuls o el estudio sobre el cine de Sam Mendes, en Dirigido. O sobre una de mis obras fundamentales, 'Cielo sobre Berlín, en el libro sobre Wenders (Cielo sobre Wenders).
Mis blogs nominados:
Esbilla cinematográfica
Cinema de perra gorda
If Charlie Parker was a gunslinger
Amor después del mediodia
Flimnoir photos
Pequeño cine original
A certain cinema
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Hola Alexander
ResponderEliminarEnhorabuena y estupendas las anécdotas.
Un abrazo
Y tan estupendas, creo que has solucionado la típica pregunta que me suelen hacer de "cómo se titulaba una película que vi hace..."...o sea que "La vida vale más"...Y muchas gracias por la nominación...
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