Howard Hawks instruye a Kirk Douglas en el arte coreográfico de ser convincente en simular que se ha recibido un contundente puñetazo, durante el rodaje de 'Río de sangre' (1952), un exultante canto a la aventura, a superar adversidades en la incursión en territorios desconocidos, como a superar ciegos prejuicios que lastran el conocimiento y el transito a la madurez.
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