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domingo, 1 de noviembre de 2015
Sabrina en 10 curiosidades
Se cumplen 61 años del estreno de una de las más célebres y emblemáticas comedias románticas, variante del cuento de Cenicienta, 'Sabrina' (1954). Pero bajo los amables aparentes ropajes de un cuento de hadas, su director, Billy Wilder, pone en evidencia las arenas movedizas de proyectar el amor como un cuento de hadas. O, lo que es lo mismo, los peligros de querer alcanzar la luna, porque ésta es una ilusión en la distancia. Queda ya reflejado en las secuencias iniciales: Sabrina (Audrey Hepburn), admira desde la distancia ( y subida a un árbol, desde su anhelo de elevado sentimiento) a David (William Holden), mientras es testigo de otro de sus incontables flirteos (tras pasar a su lado, y decirla que no había advertido su presencia; como se dice ella, al irse, porque es 'nada'). Flirteo que tiene lugar en una pista de tenis (la idea de la competición en los pulsos amorosos, será otra de las líneas que recorre el corrosivo comentario de Wilder; esa red que separa a los contendientes). Sabrina, desilusionada, contemplando la luna, decidirá suicidarse con los gases de los coches en el garaje, mientras contempla la luz de la luna, pero será salvada por el otro hijo de los pudientes Carrabee, Linus (Humphrey Bogart)
Si ese ilusorio príncipe que encarna David (porque poco tiene que ver lo que sueña ella con lo que es él, frívolo y superficial vividor que se ha casado ya tres veces y rehuye también toda actividad laboral), Linus es su extremo, alguien que poco sabe de lunas, porque nada piensa en ellas, devoto exacerbado del trabajo. Tan pragmático que, cuando piense que Sabrina pone en peligro el matrimonio pactado entre David y la hija de un potentado del caucho, decide seducir a Sabrina para 'quitarla de en medio', y que no estorbe en sus planes empresariales. Claro, que cualquier previsión es desmontada cuando surge de verdad el amor. Si la cenicienta Sabrina descubrirá con otros ojos a Linus, también éste verá demolidas sus presunciones cuando también se sienta atraído por ella. Y es que el auténtico amor poco tiene que ver con las distancias que crean los reflejos de luna, la red de una pista de tenis o las calculadoras. Para celebrar el aniversario, diez curiosidades sobre su rodaje.
1. Los conflictos de Bogart
Se comenta que el momento más feliz del rodaje para William Holden debió ser aquel en que su personaje golpeaba al de Bogart, aunque quizá lo hubiera sido más si en vez de simularlo hubiera podido golpearle de verdad. Y es que Bogart no dejó de mostrarle su animadversión durante todo el rodaje. Pero el comportamiento desagradable de Bogart no sólo fue con Holden, al que parece que odiaba con furibunda pasión. No le debió hacer ninguna gracia sentirse segundo plato, ya que la primera opción para su personaje fue Cary Grant, quien lo rechazó. Ni que Audrey Hepburn consiguiera el papel que él esperaba que fuera para su esposa, Lauren Bacall. Además, no soportaba la complicidad de Wilder y Holden, y el manifiesto afecto que mostraba el cineasta con Hepburn, y como remate que Wilder, Holden y Hepburn tomaran cocktails en la caravana de Holden (Wilder se justificó diciendo que no era ningún desprecio intencionado; simplemente, se olvidaron de invitarle). Se reía del pelo teñido de rubio de Holden (cuando él usaba postizo capilar) y del acento de Audrey. A Holden le llamaba 'Sonriente Jim', a Wilder 'Bastardo alemán' y 'Nazi hijo de puta' (lo que considerando que era judío se puede intuir la poca gracia que le hacía). Y de Hepburn decía que no tenía talento, que no sabía actuar. Preguntado qué tal era rodar con Audrey, contestó que bien, si no te importa hacer veinte tomas (aunque la actriz tuvo que permanecer impasible en sus escenas de amor mientras recibía su rociada de saliva). Tras finalizar el rodaje, Bogart envió a Wilder una carta pidiendo perdón por su comportamiento.
2. Diferencia de salario
Bogart regalaba mal rollo durante el rodaje, pero era el que más cobraba. A veces, la justicia poética no existe. Bogart, quien había ganado el Oscar tres años antes por 'La reina de África', cobró 300.000 dolares, Holden, quien había ganado el Oscar el año anterior por 'Traidor en el infierno', la mitad, y Audrey, quien había ganado el Oscar el año anterior por 'Vacaciones en Roma', sólo 15.000.
3. Amor frustrado
Holden y Hepburn se enamoraron durante el rodaje. Una noche, Holden la invitó a cenar con su esposa, y esta, que estaba acostumbrada a sus flirteos durante los rodajes, comprendió que en aquel caso era distinto. Por eso, tras terminar la velada, le conminó a que dejara de verla fuera del rodaje. Pero Holden se negó, e incluso le pidió a la actriz que se casara con él, y ella aceptó. Pero Hepburn cortó la relación en cuanto supo que el actor no podía tener hijos, ya que se había hecho la vasectomía después de que nacieran sus dos hijos. Un año después la actriz se casó con Mel Ferrer. Holden se dedicó a seducir mujeres por despecho, e intensificó el consumo de alcohol. Reconocería muchos años después que Audrey fue el amor de su vida.
4. La actriz y el modisto, un amor duradero.
Casi todo lo que viste Audrey Hepburn es de Hubert de Givenchy, no Edith Head quien consta en los títulos de crédito como la responsable del vestuario. Wilder quería que la actriz vistiera lo mejor, por eso le dijo que fuera a conocer al diseñador de vestuario de moda, Hubert De Givenchy. Cuando Audrey fue a Paris a conocerle, la asistenta le anunció al modisto que le visitaba Miss Hepburn. De Givenchy pensó que se refería a Katharine Hepburn. Pero su decepción duró poco. Se quedó admirado por el buen gusto de la actriz, quien de hecho eligió su vestuario del catálogo del modisto. Incluso, sugirió que se modificara un vestido para que no resaltara demasiado su prominente clavícula, cosa que De Givenchy hizo. De hecho, ese modelo creó moda, e hizo célebre el 'escote Sabrina'. De Givenchy se convertiría en su modisto para la mayor parte de sus películas y en un amigo duradero.
5. El reconocimiento negado
Cuando Edith Head ganó el Oscar al mejor vestuario, no mencionó a De Givenchy, lo que sentó fatal a Audrey Hepburn, quien pidió disculpas al modisto francés. Y le prometió que nunca pasaría nada parecido. Y de hecho lo cumplió.
6. Un guión en proceso
Billy Wilder continuaba trabajando en el guión, con Ernest Lehman, durante el rodaje. En cierta ocasión, le pidió a Audrey que fingiera sentirse indispuesta para poder disponer de más tiempo antes de rodar la escena que tocaba, y la actriz accedió, consciente además de la imagen de poca profesionalidad que podría transmitir al resto del equipo. En otro trance del rodaje, Lehman no disponía de la correspondiente copia de una escena reescrita para Bogart, y este estalló. Wilder dijo a los componentes del equipo de rodaje que no continuaría hasta que Bogart no pidiera perdón a Lehman. Bogart lo hizo en su camerino y el rodaje prosiguió.
7. El título equívoco
La obra teatral original, de Samuel A Taylor, se había estrenado un año antes, en noviembre del 1953, y se escenificó 318 veces. Se cambió el título original, 'Sabrina fair/La feria de Sabrina', por el escueto 'Sabrina' para que no se asociara con un tipo de historia de cariz intelectual como Vanity fair/La feria de las vanidades, la novela de William Thackeray
8. El director que no sale del armario
Wilder padeció dolores de espalda durante todo el rodaje. Lo que no propiciaba que fuera precisamente cariñoso con sus colaboradores, más considerando la tensa atmósfera que existía. Pero en cuanto su coguionista, Lehman, sufrió una crisis nerviosa en la última fase de rodaje (declaró que habían sido las semanas más terroríficas que había vivido en su vida), Wilder cambió el chip, dejó de lado su ácido sentido del humor, apoyó a quien se había entregado en cuerpo y alma, y le dijo que se fuera a su casa, donde el médico le prescribió dos semanas de necesario descanso para recuperarse. En una de sus visitas el médico, antes de despedirse, se volvió y le dijo a Lehman que 'el señor Wilder ya puede salir'. El director, que había ido a realizar algunas consultas sobre modificaciones de guión, se había escondido en el armario, como en la película hace el padre de Linus y David.
9. Sesión continúa
La revista Life asignó a Mark Shaw la labor de fotografiar a Audrey Hepburn durante el rodaje de 'Sabrina'. Audrey se mostró reticente en un principio a ser el permanente 'objetivo' de Shaw, pero pronto empezó a sentirse tan cómoda que le permitió que la retratara, durante dos semanas, no sólo en el set, sino en otros espacios y otras circunstancias, como si captara momentos al vuelo de su vida cotidiana durante esos días (aparte de posados en circunstancias más íntimas). Algunas de las fotografías serían publicadas en diciembre de 1953 en la revista Life pero, posteriormente, tras la muerte de Shaw, se perderían sus negativos, hasta que su viuda los encontró en una caja en el 2006. En el 2009 se publicaría bajo el título de 'Charmed' la serie de fotografías que Shaw realizó en aquellas dos semanas con Audrey de protagonista.
10. Avance de próximo estreno.
Cuando Linus, el personaje de Bogart lleva al teatro a Sabrina, van a ver 'La tentación vive arriba /The seven year itch', obra que adaptaría Wilder para su siguiente película un año después.
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