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miércoles, 24 de octubre de 2012
Wendell Corey, socarrón y siniestro
Wendell Corey puede ser ante todo recordado por el mordaz amigo policía del personaje de James Stewart en 'La ventana indiscreta' (1954), de Alfred Hitchcock; es admirable el contraste en determinadas secuencias entre lo que refleja su expresión y sus palabras, virtudes que ya se podrían apreciar en otro fascinante personaje de policía, el socarrón de 'The accused' (1949), de William Dieterle. Aunque sin duda su creación más memorable es el complejo criminal de 'Un asesino está suelto' (1956), de Budd Boetticher, que no dudaría situar entre los más fascinantes siniestros villanos vistos en la pantalla, trastornado pero que logra suscitar encontradas emociones en su obcecada persecución de una venganza ( a la vez que es él es perseguido tras fugarse de prisión); turbador disfrazado de mujer, con esa expresión poseída por una determinación: vengar a la mujer amada muerta. Otra persecución, aunque su posición es la del representante de la ley, es la de 'Norte salvaje' (1952), de Andrew Marton, con Stewart Granger. Wendell, hermano del también actor Jeff Corey, dio sus primeros pasos como secundario en 'La hija del pecado' (1947), de Lewis Allen 'Al volver a la vida' (1948), de Byron Haskin o 'Voces de muerte' (1948), de Byron Haskin. Fue galán de Barbara Stanwyck en 'El caso de Thelma Jordon' (1949) y 'Las furias' (1950), de Anthony Mann. Trabajó también en 'The big knife' (1955), de Robert Aldrich, 'El farsante' (1956), de Joseph Anthony o 'Traidor a su patria' (1956), de Arnold Laven. O en un magnífico episodio dirigido por el propio Hitchcock en 'Alfred Hitchcock presenta', 'Poison' (1958). Su carrera declinó al llegar a los 60, década en la que compaginó cierta actividad política con películas de bajo presupuesto. Murió de cirrosis con 54 años en 1968.
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