Ian Bannen, poderío escocés

Pocos duelos actores me han impresinado tanto como el que mantienen dos escoceses, Sean Connery e Ian Bannen, en 'La ofensa' (1972),de Sidney Lumet. La contención, con fulminadoras sombras brotando de su mirada, de Connery contrasta con la extroversión, tan sarcástica como doliente, la de la desesperación que ha visto cómo la realidad se descubre como una farsa. Ambos ya coincidieron en otra espléndida obra de Lumet, 'La colina' (1965), año que supuso su propulsión al reconocimiento, sobre todo por su papel secundario en la notable 'El vuelo del Fénix' (1965), de Robert Aldrich, por la que sería nominado a los Oscar. Aldrich le proveería un personaje aún más memorable en la estupenda 'Comando en el Mar de la China' (1970). Como lo es, además de entrañable, su jinete, practicante del 'fair play', en 'Muerde la bala' (1975), de Richard Brooks. Bannen dio sus primeros pasos en la pantalla, además de en trabajos televisivos, en 'Private's progress' (1956), de John Boulting o 'The long arm' (1956), de Charles Frend. Posteriormente, intervino en 'Historia de dos ciudades' (1958), de Ralph Thomas, 'Atraco audaz' (1961), de Alvin Rakoff, 'El aventurero de Kenia' (1965), de Ronald Neame, o incluso como protagonista, junto a Natalie Wood, en 'Penelope' (1966), de Arthur Hiller, o junto a Jeanne Moureau en 'The salilor of Gibraltar' (1967), de Tony Richardson. En los 70 participó en 'El hombre de Makintosh' (1973), de John Huston, fue coprotagonista junto a Elizabeth Taylor en 'La masoquista' (1974), de Giussepe Patroni Griffi, e intervino en la inspiración de la tarantiniana 'Malditos bastardos', 'Aquel maldito tren blindado' (1978), de Enzo G Castellari. En la década siguiente partició en 'El ojo de la aguja' (1981), de Richard Marquand, 'Gorky Park' (1983), de Michael Apted, y especialmente destacadas fueron sus interpretaciones en 'Lamb' (1985), de Colin Gregg, con Liam Neeson, o 'Esperanza y gloria' (1987), de John Boorman. En los 90 además de participar en 'Herida' (1992), de Lous Malle, protagonizó una breve y siniestra intervención como leproso en 'Braveheart' (1995), de Mel Gibson, y fue protagonista de una divertida y entrañable comedia que recuperaba el alinto de las de la Ealing, 'Despertando a Ned' (1998), de Kirk Jones Desafortunadamente, moriría al año siguiente en un accidente automovistico. Conducía su esposa, que sí sobrevivió.