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miércoles, 7 de noviembre de 2012

James Edwards, punta de lanza de las estrellas negras

Photobucket Antes de Sidney Poitier y Harry Belafonte, que consiguieron papeles protagonistas para actores negros en la década de los 50, y se consolidaron además como galanes y estrellas, James Edwards había sido punta de lanza con su protagonista en 'Home of the brave' (1949), de Mark Robson. Woody Strode, inolvidable como el sargento Ruthledge o Pompey en 'El sargento negro' y 'El hombre que mató a Liberty Valance' (1963), ambas de John Ford, y que consiguió su primer papel con diálogo en 'La cima de los héroes' (1959), de Lewis Milestone, gracias al apoyo de Edwards, escribió en sus memorias, 'Goal dust', que 'Home of the brave fue el punto álgido de la carrera de James. No hubo mucho para él después de eso, y le rompió el corazón. Bebía muchísimo, no podía controlarlo, y murió de un ataque al corazón.(...) Él me dijo: 'Woody, nunca serás blanco. No intentes ser parte de su sociedad'. Después de ver lo que le ocurrió a James Edwards Woody Strode concluía: 'Mira a los actores negros. Ellos se mueren de hambre. No voy a ir a la escuela a estudiar, llegar a ser un artista, y caerme al vacío. Nunca intenté tomarme la interpretación seriamente'. Otros aspectos parece que también influyeron en que la carrera de Edwards quedara relegada a personajes secundarios. Aunque fuera celebrada su interpretación en la obra de Robson, la Caza de brujas estaba en su apogeo, y no fue bien visto que hiciera la promoción en Rusia,y en compañía de quienes estaban en el punto de mira del comité, como Foreman ( que acabó en la lista negra cuando escribía el guión de 'Solo ante el peligro'). También que a diferencia después de Poitier, no le convencía mucho de lo quedarse encasillado en cierta imagen del negro, de 'buen negro o negro íntegro''. Edwards había realizado su primera aparición en pantalla en 1949, en 'Nadie puede vencerme' de Robert Wise, en la que interpretaba a un bexeador en el que el personaje de Robert Ryan veía reflejado lo que había sido de joven. Participó en 'Casco de acero' (1951), de Samuel Fuller, ''Bright victory' (1951), en la que encarnó a un combatiente que había quedado ciego, como el protagonista, Arthur Kennedy, El notín del Caine' (1954), de Edward Dmytryk, 'El imperio del terror' (1955), de Phil Karlson, 'Himno de batalla' (1956), de Douglas Sirk, en la que interpretó al primer piloto de combate negro, 'Atraco perfecto' (1956),de Stanley Kubrick, 'El mensajero del miedo' (1962), de John Frankenheimer, 'Castillos en la arena' (1965), de Vincente Minelli, 'La jungla humana' (1968), de Don Siegel o su última película 'Patton' (1970), de Franklin J Schaffner, en la que interpretaba al asistente del general. Ese mismo año moriría, a los 51 años. Si hay una secuencia especialmente memorable en su filmografía, y que evidencia cuán esplendido actor era, es aquella en la que muere su personaje en 'La colina de los diablos de acero' (1957), en la que logra transmitir los efectos del desquiciamiento que provoca la guerra, cómo se enajena y actúa coom si se estuviera de paseo por el campo, recogiendo flores para colocarlas en el casco, olvidando que hay enemigos reptando entre el follaje para degollarle.

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